Dos mil aficionados amarillos que acompañaron a casi cuatro mil de la Balona haciendo de este partido una verdadera fiesta del fútbol más allá del resultado. Buen ambiente y cordialidad entre ambas hinchadas que demostraron cómo se debe vivir este deporte.
En el terreno de juego estaba un jimenato, que años atrás había defendido los colores del Cádiz en sus categorías inferiores pero que desde hace varias temporadas lo hace con el blanquinegro Linense. Bajo palos Mateo, que vio cómo su equipo no pudo amarrar el gol inicial de Copi a la media hora y sí cómo el submarino amarillo le daba la vuelta al marcador con un tanto de Airam al filo del descanso y otro más de Juan Villar a los pocos minutos de la segunda mitad.
Tuvo que lidiar con un Cádiz muy incisivo que buscó la portería rival durante gran parte del encuentro. Incluso evitó que el marcador fuera más favorable a los de la capital salvando alguna ocasión destacada como un mano a mano frente a Dioni.
Miguel Ángel Vallecillo Sarrias / PortalCadista.com
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