Si de atender las necesidades del pueblos se trata es preciso que el Estado actúe y directamente, no a través de externalizaciones a organizaciones no gubernamentales. Que evidentemente deben existir, pero que su existencia dependa del dinero de todos, y, sobre todo, que de esta forma el Estado se inhiba del deber de asistencia a las personas necesitadas, no es de recibo.
Es el Estado, el que recauda todo el dinero de los impuestos y es el Estado el que debe garantizar directamente, con servicios de titularidad pública, el ejercicio de los derechos de todas las personas, reconocidos en el titulo primero de su Constitución.
Desde las instancias ministeriales y gobiernos de diverso signo, se anima al pueblo a que indique la parte de su IRPF que el Estado transferirá a estas ONGs. Tachar la casilla en la renta. Con ello los políticos se “lavan las manos”, en esta obligación de asistencia a millones de familias desprotegidas, repartiendo cual ¡gran benefactor! unas migajas de millones entre un grupo de ONGs, que asumen, por diversos motivos, el reto de dar respuesta a las más perentorias necesidades de millones de personas.
Exijamos que el Estado con todos los recursos impositivos haga posible la seguridad y la garantía de la atención a todas las personas necesitadas. Al marcar la casilla en la declaración caemos en la trampa que justifica la inacción del Estado, porque éste deja en manos de las ONGs lo que él, y sólo él, debe realizar. La mayor solidaridad la manifestamos dejando las casillas en blanco.
Por Rafael Fenoy Rico
Es el Estado, el que recauda todo el dinero de los impuestos y es el Estado el que debe garantizar directamente, con servicios de titularidad pública, el ejercicio de los derechos de todas las personas, reconocidos en el titulo primero de su Constitución.
Desde las instancias ministeriales y gobiernos de diverso signo, se anima al pueblo a que indique la parte de su IRPF que el Estado transferirá a estas ONGs. Tachar la casilla en la renta. Con ello los políticos se “lavan las manos”, en esta obligación de asistencia a millones de familias desprotegidas, repartiendo cual ¡gran benefactor! unas migajas de millones entre un grupo de ONGs, que asumen, por diversos motivos, el reto de dar respuesta a las más perentorias necesidades de millones de personas.
Exijamos que el Estado con todos los recursos impositivos haga posible la seguridad y la garantía de la atención a todas las personas necesitadas. Al marcar la casilla en la declaración caemos en la trampa que justifica la inacción del Estado, porque éste deja en manos de las ONGs lo que él, y sólo él, debe realizar. La mayor solidaridad la manifestamos dejando las casillas en blanco.
Por Rafael Fenoy Rico
