Cualquier persona va andando por una acera, ve venir a otra en sentido contrario, además la conoce, pero viene con las manos a la altura del pecho y mirando fijamente al artilugio que trae cogido, al cruzarse o se aparta o le atropella, como le conoce le dice a modo de pregunta, pero ¿dónde vas?, no le contesta y continúa, lo mejor que hace es no molestarse, porque si ha tenido que apartarse, no es que haya querido atropellarle, es que no le ha visto ¡¡va chateando!!, si no le ha contestado a su ¿dónde vas? no es que le haya ignorado, es que no le ha oído ¡¡va oyendo su MP3!!.
¡Cuando menos curioso!. Esa persona con la cual se cruzó, iba chateando
con un grupo de amigos, para quedar en un lugar varios de ellos y pasar
un rato juntos, efectivamente se reúnen, se saludan y se sientan alrededor
de una mesa, no han transcurrido cinco minutos cundo ya están todos
agarrados a su particular artilugio comentando con los que no están
allí, que están sentados en una mesa con fulanito mas sultanito mas
penganito, una vez han comunicado a los que no están con quienes están
sentados se van levantando y retirando de la reunión sin haber cruzado
dos palabras con los allí presentes.
La sociedad ya está donde la antigua secta, hoy religión de los que
adoran al dios DINERO siempre han querido tenerla.
Estos religiosos con los legisladores a su servicio presionan para que las
leyes se hagan para ellos obtener cada vez más beneficios, empleando
esos beneficios en tecnologías que bien empleadas hagan a la sociedad
olvidarse de sus derechos, mientras la hacen creer que está muy
avanzada. Con ello están consiguiendo lo que siempre han perseguido:
anular la inteligencia de la ciudadanía, sumiendo a la sociedad en la
ignorancia, a la vez que la hacen esclava de las nuevas tecnologías.
Saben todos whasapear, pero si le pides que te dibujen un pollo lo mas
probable es que te lo dibujen en una parrilla, no saben que se crian en el
campo o en una granja. Diego “Parra”