El pasado sábado (Talleres por la Paz-2014) los chicos cubanos interpretaron -con la devoción justa- la canción “Comandante Che Guevara” de Carlos Puebla, oda al guerrillero argentino asmático, ejecutado a tiros ante el temor a mantenerlo vivo, coadyuvando así a crear un mito revolucionario y una leyenda -póster incluido-que a mí me transportó a otros tiempos.
Hoy nada se libra de un cambio de paradigmas: La inteligencia es un contexto, el talento una tabla de salvación, y los idealistas buscan en otros veneros las compensaciones morales que no ofrecen los partidos políticos ni cinco horas al día de televisión.
