Resulta grosero el silencio de los dirigentes comarcales y provinciales del PP y especialmente el de los de La Línea, respecto a las infames colas por los rígidos controles en Gibraltar.
He perdido la esperanza en que en algún momento alzasen su voz en contra de esta inaceptable situación.
Quiénes mejor que ellos podrían conseguir que el Ministro MARAGALLO deponga tan deplorable actitud.
No puedo creer que en las filas del PP no haya nadie que discrepe de las formas en las que está procediendo el Ministerio de AAEE respecto a Gibraltar.
Alguien con sentido común debería alertar al Ministro que con esta actitud estamos dando pasos atrás que serán absolutamente irreversibles, al menos para una o dos generaciones de gibraltareños, que dejarán de sentir por España la más mínima simpatía. Que su política está siendo tan perniciosa o aún más que la del Ministro CASTIELLA.
Hago mías expresiones de un magnífico relato de mi compañero y amigo Manuel Mata: “a mí el tema de las banderas nunca me subyugó, ni el reclamo de sus liturgias”.
En este y en otros muchos casos, las utilizan como una simbología excluyente que llama más a la exaltación que a la razón; que apela a una cierta endogamia; que marca diferencias con los otros; que delimita territorios -ideológicos y fronterizos-; que abduce a los ingenuos; que resta libertad intelectual, y que ha llevado de modo ineluctable a muchos, a morir en sus nombres. No me seducen. No.
Sí, porque esta y no otra es la cuestión, la bandera.
El tabaco es sólo un pretexto. Es obvio que hay maneras más inteligentes y eficaces de combatir el contrabando y a las mafias.
Es ignominioso ser cómplice con el silencio, de una política que sólo pretende engañar a una opinión pública que ni sabe ni le interesa el asunto de Gibraltar.
¿Cree alguien inteligente someter a miles de personas a colas indignas, so pretexto que llevan algunos paquetillos de tabaco más de los legalmente permitidos?
¿Qué hace el Gobierno aparte de esto, para predisponer al Gobierno de la Roca y a sus habitantes, a encontrar una solución al Contencioso, aceptada por todos?
¿Qué Puente ha pretendido tender para resolver problemas comunes?
¿Quién cree que es la Pesca la causante de esta política?
Algunos, pocos, podrían aconsejar cómo avanzar en política de buena vecindad, que prepare una solución aceptada.
Cuando esto triunfe desaparecerán todas las banderas, incluida la nuestra
