Decía Sabina que a este Gallardón no lo reconocía. Es verdad. Hace algunos años Alberto era la cara amable, tolerante, “progre” incluso izquierdosa de AP-PP.
Pero hace tres años vendió su alma a Dios y a la Conferencia Episcopal y se puso a trabajar en una ley por la que el Estado se inmiscuiría, más de la cuenta, en la vida y decisiones de las mujeres.
Mariano (a destiempo) : “Perderemos un millón de votos”.
Alberto: “Es la voluntad del Todopoderoso”.
Le señalaron la puerta de salida por la que ayer hizo mutis, eso sí, con toda dignidad y elegancia.
Manuel Mata
En cien palabras: " Gallardón "... por Manuel Mata
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