La tradición marinera de Cádiz, la de ayer y la de hoy, protagonizó una segunda función de preliminares con altibajos y en la que dos grupos, como era de esperar, brillaron por encima del resto. El coro de Faly Pastrana, que llevó a las tablas el galeón La niña bonita con su habitual potencia, y la chirigota de Bocu, que tocó con arte el caso de la droga hallada en el Elcano, no defraudaron. Y mucho ojo a la comparsa femenina Las luneras, que dio una lección de buen gusto para despedir la jornada.
El primer grupo en salir a escena fue ni más ni menos que el defensor del primer premio de coros, que marcó territorio con su impecable puesta en escena y un conjunto de voces potente y afinado como un reloj. La niña bonita de Faly Pastrana mantuvo en conjunto el nivel de años anteriores, a la espera de letras aún más potentes en próximos pases.