El Consejo declara 45 zonas especiales de conservación de la red europea Natura 2000 en seis provinciasEntre las nuevas áreas, que suman 183.000 hectáreas, figuran el Corredor Verde del Guadiamar y numerosas sierras malagueñas y almerienses.
El Consejo de Gobierno ha aprobado la declaración de 45 nuevas zonas especiales de conservación (ZEC), con un total de 183.000 hectáreas en 93 municipios de las provincias de Almería, Cádiz, Córdoba, Huelva, Málaga y Sevilla. El portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, ha informado sobre esta decisión, que eleva a 75 el número de espacios protegidos andaluces que cuentan con esta figura europea de la Red Natura 2000, cuyo objetivo es el mantenimiento y la recuperación de hábitats y especies de la flora y la fauna.
Las nuevas ZEC son la Rambla de Arejos, el Río Antas, el Río Adra, la Sierra del Oso, la Sierra de Cabrera y Bédar y los 'calares' de la Sierra de Filabres, en la provincia de Almería; los acebuchales de la Campiña Sur de Cádiz y las colas de los embalses de Bornos y de Arcos (Cádiz); el Río Guadalmez y la Sierra de Santa Eufemia, en Córdoba; el Andévalo Occidental, en Huelva, y las Sierras de Abdalajís y Encantada Sur y de Alcaparaín y Aguas, el Arroyo de la Cala y los ríos Guadiaro; Guadalevín; Guadalmedina; Guadalhorce, Fahalas y Pereilas; Fuengirola; Real; Manilva; Castor; Verde; Guadaiza; Guadalmina; Guadalmansa, y del Padrón, en Málaga.
Otras zonas declaradas, compartidas entre varias provincias, son el espacio natural de los ríos Guadiaro y Hozgarganta (Cádiz y Málaga) y el Corredor Verde del Guadiamar, que abarca 13 municipios de las provincias de Huelva y Sevilla. La lista se completa con 15 cuevas que son hábitats de quirópteros cavernícolas (murciélagos) y ya están catalogadas como lugares de interés comunitario en las provincias de Cádiz (6), Huelva (4), Málaga (3) y Sevilla (2).
El reconocimiento de estas zonas se justifica por su potencial de conectividad ecológica y por la presencia de hábitats naturales y especies de interés comunitario. Este es el caso, en Sevilla y Huelva, del Corredor Ecológico del Río Guadiamar, que desempeña un papel estratégico como eje de conexión entre el litoral de Doñana y Sierra Morena Occidental, además de presentar una gran riqueza paisajística con dehesas, bosques de ribera, zonas agrícolas, marismas y un espacio fluvial que recorre el espacio de norte a sur.
El Corredor Verde del Guadiamar fue declarado paisaje protegido en 2003 y ocupa 2.700 hectáreas en los terrenos que fueron recuperados a lo largo de este río tras el vertido de la mina de Boliden en Aznalcóllar (Sevilla), en 1998. Este proyecto, el de mayor envergadura llevado a cabo en España para regenerar un territorio contaminado, recreó los ecosistemas originarios de monte mediterráneo, ribera y marisma fluvial, en gran parte desaparecidos ya antes del accidente minero. Las plantaciones masivas de árboles y arbustos permitieron una recolonización natural de la fauna autóctona en la zona, que ahora acoge a 150 especies de aves y sirve de área de expansión a la población de linces ibéricos de Doñana, una de las dos únicas estables de la Península Ibérica.
Similar biodiversidad presenta la nueva ZEC del Andévalo Occidental, en Huelva. El espacio, limítrofe con Portugal, cuenta con una gran riqueza de formaciones vegetales de bosques, dehesas matorrales y pastizales, que sirven de hábitats a numerosos endemismos de la flora ibérica y a especies amenazadas de la fauna como el águila imperial, el buitre negro, el buitre leonado o el pez fraile. El territorio también es un área potencial para la expansión del lince ibérico.
Conectividad ecológica
En Almería, las ZEC declaradas reúnen una representación tanto de sus características ramblas y cursos fluviales como de las zonas montañosas. El paraje de la Sierra del Oso, en el noroeste de la provincia, sirve de conexión a numerosos espacios naturales que se encuentran en su entorno, además de presentar una notable representación de la avifauna y singulares espartales y tomillares que se entremezclan con bosques de coníferas y pastizales. También destacan por su conectividad ecológica las Sierras de Cabrera y Bédar, muy cercanas al litoral, y los 'calares' de Sierra de los Filabres. Estos últimos enclaves, con alturas superiores a los 2.000 metros, albergan singulares prados de alta montaña y formaciones de pinos negros endémicos.
Entre las nuevas ZEC de la provincia de Cádiz destaca la de los Acebuchales de la Campiña Sur, área de la comarca de La Janda que toma el nombre de sus formaciones vegetales más representativas. En menor medida, este espacio natural también acoge alcornocales, lentiscares, pastizales, pinares, sabinares, bosques de ribera y formaciones palustres. Configurado como un corredor ecológico entre varios parques naturales de la provincia, sirve de área de dispersión y asentamiento de especies de la fauna como el águila imperial ibérica y el águila perdicera, además de aves esteparias como el cernícalo primilla, el aguilucho cenizo y el sisón común.
Las dos zonas de especial conservación declaradas en Córdoba, el Río Guadalmez y la Sierra de Santa Eufemia, se localizan el norte de la provincia (Valle de los Pedroches) y se caracterizan por la presencia de zonas adehesadas y de cultivo que sirven de hábitats a numerosas especies de la flora y la fauna. Ambos enclaves destacan también por su actividad ganadera, agrícola y cinegética.
En la provincia de Málaga las nuevas ZEC tienen en común su potencial de conectividad ecológica, tanto en el caso de las sierras como en el de los ríos, arroyos y ramblas. Los dos espacios montañosos que se incorporan a la red constituyen áreas de campeo y nidificación de especies amenazadas como el águila real, el alimoche, el halcón peregrino y el búho real. En el caso de Sierras de Abdalajís y Encantada Sur, destaca también la presencia de varias especies exclusivas de la flora característica de ambientes rocosos. Por su parte, los ZEC fluviales declarados en Málaga se caracterizan por su buen estado de conservación, que asegura la viabilidad de peces en peligro de extinción como el fartet y la preservación de otras especies como la nutria y la lamprea marina.
Junto con la declaración, el Consejo también ha aprobado los planes de ordenación de los recursos naturales de estos espacios. De vigencia indefinida y evaluación cada seis años, estos documentos establecen las normas para compatibilizar la preservación de los valores ecológicos con los usos y aprovechamientos de los parajes.
ZEC andaluzas
Las 45 ZEC declaradas se suman a las de 30 ya reconocidas con anterioridad en Andalucía. Se trata de los espacios naturales de Doñana (Huelva, Sevilla, Cádiz) y Sierra Nevada (Granada, Almería); las reservas naturales de la Laguna de Fuente de Piedra (Málaga) y de las Lagunas del Sur de Córdoba; los parajes naturales Torcal de Antequera, los Reales de Sierra Bermeja, Sierra Crestellina y el Desfiladero de los Gaitanes (Málaga), y el Estuario del Río Guadiaro y las Marismas del Río Palmones (Cádiz).
A estos enclaves se suman 19 parques naturales: Cabo de Gata-Níjar y Sierra María-Los Vélez (Almería); Estrecho, Alcornocales, Bahía de Cádiz, Sierra de Grazalema, y La Breña y Marismas del Barbate (Cádiz); Sierra de Hornachuelos, Sierra de Cardeña y Montoro, y Sierras Subbéticas (Córdoba); Sierra de Baza, Sierra de Castril y Sierra de Huétor (Granada); Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva); Despeñaperros, Sierra de Andújar y Sierra Mágina (Jaén); Sierra de las Nieves (Málaga) y Sierra Norte de Sevilla; Asimismo, se incluye la zona marítima el Estrecho Oriental, ZEC declarada por la Administración central.
La Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, donde se incluyen estos territorios, es una de las mayores de Europa, con 242 enclaves y casi 2,74 millones de hectáreas (el 30% de la superficie protegida en España). Andalucía es, además, la segunda comunidad autónoma española, después de las Islas Canarias, con mayor longitud de costa protegida (uno de cada tres kilómetros). En el ámbito internacional, Andalucía tiene reconocidas por la Unesco nueve de las 22 Reservas de Biosfera españolas, a lo que suma la consideración de Doñana como Patrimonio de la Humanidad.