El adelanto de las elecciones autonómicas al 22 de marzo, es una decisión meditada y comprometida con Andalucía.
La militancia de ningún partido puede decidir el futuro de nuestra tierra.
El Gobierno andaluz no se debe reconocer más que en la voz de los 9 millones de andaluces y andaluzas.
La amenaza de que tres o cuatro mil afiliados de Izquierda Unida podrían en referendum decidir si el pacto continuaba o no, a ese precio, me ha parecido lógico que Susana haya decidido no estar dispuesta a gobernar, dar la voz y que decidan los andaluces.
Susana ha demostrado que es posible gobernar defendiendo el Estado de Bienestar. Pensando en una sanidad pública de calidad y en una educación como pilar de nuestro progreso. Movilizar todos los recursos disponibles para contribuir a la creación de empleo.
Que es posible gobernar pensando en quienes peor lo están pasando.