No es por malmeter, pero el estado en que se encuentra alguno de los parques infantiles es bastante vergonzoso y peligroso.
Concretamente este, que se encuentra en el Llano de la Victoria, lleva días con una papelera a punto de caerse, que si se le cae a una criatura en la cabeza, lo más fácil es que se la aplaste.
Uno de los elefantes lleva meses decapitado y a otro le falta un asa.
El pavimento, que se supone que está para amortiguar las caídas de los infantes, está totalmente descolocado, dejando huecos entre las losas con el consiguiente peligro de sufrir un esguince.
Y la pasarela, que tal vez cumpla con las normas, cuya protección tiene hueco de luz por donde cabe el cuerpo entero de las criaturas más pequeñas.
Llevar a las criaturas al parque infantil se antoja un deporte de riesgo.
Al menos tenemos helipuerto.
Gonzalo Polo
Jimenato por un rato