Donde dije digo... Por José Aguilar


ELLA, Esperanza Aguirre, lo perpetra con el singular desparpajo marca de la casa. En tres días ha llegado a proponer tres salidas contrapuestas al escenario poselectoral en el Ayuntamiento de Madrid: ser la alcaldesa como candidata de la lista más votada, dar su apoyo al socialista Carmona para que sea alcalde cerrando el paso a Carmena y fabricar un gobierno de concentración municipal con Carmena, Carmona y su Partido Popular.

Pero su particular "donde dije digo, digo Diego" no es más que la expresión llevada al máximo, y algo grotesca, de una práctica común de todos los partidos cuando huelen la posibilidad de acceder al poder. Consiste en borrar de un plumazo lo prometido en campaña y lo comprometido en materia de pactos. La impostura precipitada por el dictamen de las urnas.


Un breve repaso. Pedro Sánchez se ha olvidado de sus palabras de que Podemos es puro populismo, un partido antisistema con el que uno no puede ir a ninguna parte, y se dispone a recibir sus votos para gobernar en numerosos sitios (Castilla La Mancha, Extremadura o Sevilla, por ejemplo) y a agregar los votos socialistas para que Podemos mande en otros (Madrid, Barcelona o Cádiz, por ejemplo). A su vez Pablo Iglesias da los escaños podemitas y demanda y acepta los escaños socialistas, que de pronto han dejado de representar a la casta oligárquica criada, según él, al amparo del régimen falsamente democrático.

El Partido Popular se desgañita exigiendo que gobiernen ayuntamientos y comunidades autónomas los candidatos de las listas más votadas en detrimento de los pactos de perdedores. Su desmemoria, aparte de selectiva, alcanza incluso al presente: no es ayer ni hace un año, sino actualmente cuando el PP mantiene en el aire la investidura como presidenta de la Junta de Susana Díaz, que encabezó la lista más votada en las elecciones andaluzas, a bastante distancia de la suya propia. No tiene ni que apoyarla, basta con que se abstenga, y ya van tres votaciones sin que lo haga. El caso tiene su viceversa: Susana Díaz ni se imagina una presidencia de la Junta que no sea la ocupada por ella misma, pero trabaja con intensidad para que los candidatos socialistas de Sevilla y Córdoba desbanquen a los alcaldables populares que obtuvieron la mayoría relativa en sus capitales.

Y así sucesivamente... ¿Cómo vamos a confiar en esta gente?

29 de mayo de 2015
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