El embrollo andaluz ( 1ª Parte) ... por Juan Ignacio Trillo.


El espectáculo nada gratificante que se observó en la apertura de la Xª Legislatura del Parlamento de Andalucía retrataba a todas luces el panorama de cierto deterioro e irresponsabilidad política que vive esta Comunidad Autónoma. Asimismo, atisbó el inicio de un nuevo ciclo político cargado de incertidumbres y que podría tener su prolongación en la sesión próxima donde se someterá a debate la investidura de Susana Díaz.

Y es que, la sesión inaugural parlamentaria referida, empezó sin que las distintas y dispares formaciones políticas que alcanzaron representación parlamentaria en las recientes elecciones autonómicas hubieran llegado a un acuerdo para cubrir la inflacionaria Mesa de la Cámara andaluza, órgano de gobierno de este Parlamento, que cuenta con siete miembros para ciento nueve representantes, los mismos que, por ejemplo, posee el Bundestag alemán para seis veces más de diputados.
Menos aún se divisa que esté cerrado compromiso alguno para elegir próximamente la presidencia de la Junta, de la que se derivaría un nuevo Gobierno, ya que ni tan siquiera están abiertas negociaciones serias al respecto, y continúa así hasta el día de hoy, a pesar de que hayan transcurrido más de un mes desde que se celebraron los comicios autonómicos.
Esta ausencia de voluntad de acuerdos en Andalucía es producto de dos factores que se entremezclan: La carencia de una cultura de pactos, tras treinta y tres años de hegemonía del PSOE-A, y no haber entendido el resultado electoral que dieron las urnas autonómicas el pasado 22 de marzo.
En el primer apartado anterior, junto a nuevos acontecimientos sucedidos, como el diputado socialista autonómico que únicamente con el apoyo del PSOE-A ha sido elegido en segunda votación para cubrir la presidencia del Parlamento de Andalucía, también está pesando la forma injusta y el fondo falso de la reciente ruptura protagonizada por Susana Díaz con IU, que sirvió para justificar el adelanto electoral acontecido, que echa más leña al fuego en la desconfianza que reina entre las distintas fuerzas políticas de la oposición sobre la dirigente socialista andaluza como persona de no fiar.
Lo que sí quedó claro, más allá de la aparente euforia de cara a la galería, es que Susana Díaz sabe bastante bien, porque no es extraterrestre, que no cubrió las expectativas de voto que esperaba con su adelanto electoral, cuando se fijó como objetivo conseguir una mayoría más que suficiente para poder gobernar en solitario y con estabilidad.
En este sentido, Díaz no disolvió la legislatura para obtener el peor resultado en porcentaje de votos que los socialistas han llegado a alcanzar en Andalucía desde que tuvieron lugar las primeras elecciones autonómicas celebradas en la lejana fecha de mayo de1982, ni tampoco para quedarse con los mismos cuarenta y siete diputados, cuatro puntos electorales menos y ciento doce mil votos perdidos, en relación a lo que Griñán sacó en marzo del 2012, más cuando la participación en las urnas ha sido ahora superior en tres puntos.
No hay que olvidar que aquel PSOE-A de hace cuatro años con Griñán ya había disminuido en ocho parlamentarios y en nueve puntos electorales lo que obtuvo con Manuel Chaves en el 2008. A pesar de ello, dándose Griñán con un canto en los dientes por el resultado finalmente logrado, porque era el momento más bajo para el voto socialista, en tanto el PP se hallaba aún en su fase de apogeo subido en la cresta de la ola, le permitió al socialismo andaluz llegar a un rápido acuerdo, más bien de reparto, sin negociación compleja, con una IU que se dejó fácilmente seducir para impedir que el partido de Javier Arenas por primera vez en la historia de la autonomía llegara a tomar el Gobierno de la Junta.
Por tanto, el pasado 22 de marzo, Susana Díaz solo cubrió una mínima parte de su aspiración, relacionado con ver hundir a su anterior aliado, IU, por entender que había cuajado entre los votantes su justificación para el adelanto electoral, aparte de observar con complacencia la hecatombe del PP-A, más por deméritos propios. No obstante, en contra de lo que esperaba obtener, el resultado que ha logrado no le debe de satisfacer en su foro interno. Susana Díaz gobernaba cómodamente con su coaligado, IU, y con los presupuestos del año conjuntamente aprobados. Por el contrario, ahora, se topa con el surgimiento de un mapa político complejo, con mayor oposición a sus políticas, y más plural en su composición, al entrar como nuevos en el Parlamento, `Podemos´ y `Ciudadanos´.SEVILLA 28/04/2015.- El presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán (i), saluda a la secretaria general de Podemos en Andalucía,Teresa Rodríguez, al inicio de la reunión mantenida hoy en la cámara regional en Sevilla en la ronda de consultas previas para la investidura de la socialista Susana Díaz para la Presidencia de la Junta de Andalucía, que se someterá a una primera votación en la Cámara autonómica a partir del 4 de mayo. EFE/Julio Muñoz.
Digamos, acudiendo a la historia reciente, que la líder socialista andaluza pretendió obtener con su adelanto electoral el salto que el PSOE-A experimentó en las autonómicas de 1996 (aquí el PSOE-A logró 52 diputados, consiguiendo siete parlamentarios más que dos años antes) que precisamente también fueron anticipadas por Manuel Chaves, con similar discurso al plagiado actualmente por Susana Díaz, pero entonces con razón, centrado en que la oposición, con mayoría absoluta en la suma de los parlamentarios del PP e IU, no le permitía gobernar. En cambio, se ha encontrado ahora tras el veredicto de las urnas con un retroceso asimismo temporal a sus previsiones, retornando más bien al tablero político que salió de las urnas en 1994 (donde el PSOE-A logró 45 parlamentarios pero con tres puntos electorales más del que ahora ha alcanzado Susana Díaz), fecha en que se inició el bienio que se denominó, “de la pinza”. Y es que parafraseando a don Carlos Marx, cuando la historia se pretende repetir, la segunda vez aparece como una farsa.
Lo peor de este fiasco electoral no digerido por Susana Díaz en su adelanto electoral, efectuado para mejor gloria del futuro de sí misma, es que la puesta en escena personificada a lo largo de la campaña para fortalecer la imagen política de liderazgo indiscutible en el panorama del socialismo español que se había fabricado, ha significado un enorme revés. En este recorrido, ha demostrado no poseer un discurso sólido y coherente, reemplazando la carencia de proyecto socialista y de soluciones nuevas a los problemas endémicos que padecen los andaluces por una superficial palabrería trasnochada de corte andalucita, que no andalucista, plagada de victimismo y de agravio, adornado con exceso de autobombo personal y continuas apelaciones a sentimientos primarios. Más bien parecía que se dirigía, no a sus electores socialistas y progresistas sino, a los sectores más atrasados de la sociedad. A la par, al no poder disimular los graves problemas que asolan a los moradores de esta tierra, intentando vanamente que se olvidara quién había estado gobernando aquí durante su autonomía, se dirigía por ejemplo, a los desocupados laborales y a los jóvenes en situación de desempleo, como si desconocieran la historia reciente, con continuas apelaciones a que Andalucía no podía consentir la intolerable cifra de parados que tiene.
De esta forma, la campaña electoral le fue yendo mal y revelándosela muy larga. Sus erráticos debates televisivos, el segundo peor que el primero, afortunadamente para ella de escasas audiencias, equivocando su papel en el plató al olvidarse consciente y estérilmente que era la presidenta de la Junta, sacaron a relucir lo peorcito de su carácter, en cuanto a arrogancia y malas formas. Solo la tozuda presencia en Andalucía del impopular Mariano Rajoy, asiduamente visitando esta tierra para suplir la carencia de liderazgo de su partido en esta Comunidad, salvó a Susana Díaz y además le dio carnaza adicional para aderezar sus mítines. Rajoy, asimismo, resucitó el innato temor de los andaluces a la derecha de la desvergüenza -volvía a tomarle el pelo con la promesa de crear millones de puestos de trabajo- e hizo recordar quién es la autoría de la reforma laboral y de los recortes, también de las mermas en derechos, libertades y calidad de vida. De esta forma, los alardes del inquilino de la Moncloa de que todo va bien, hicieron mella en el cuerpo electoral para dispensar los déficits que mostraba Susana Díaz que así retuvo gran parte los votos socialistas alcanzados hacía cuatro años por Griñán, aunque a todas luces insuficientes para satisfacer el resultado apetecido.
A todas luces, para ese camino recorrido y con el resultado electoral habido no hacían falta las alforjas de un adelanto electoral. A pesar de todo y por lo apuntado, Susana Díaz, al final y a bote pronto, respiró aquella noche tras el recuento. Al menos en su estreno en las urnas salvó la honrilla de no perder un diputado más de lo que alcanzó Griñán, aunque por un tiempo y por los limitados parlamentarios conseguidos sobre sus expectativas tendrá que olvidar su ansiada marcha a Madrid.
Así, a Susana Díaz se le escapa por ahora Pedro Sánchez, en la carrera a la Moncloa, resultándole imposible, hoy por hoy, evitar que se presente a las primarias socialistas para aspirar a ser el futuro candidato a la presidencia de España. No obstante, ya veremos qué pasa tras el próximo 24 de mayo y conocerse los resultados de las inmediatas elecciones municipales y autonómicas obtenidos por los socialistas a nivel federal.
Y es que Susana Díaz sigue obsesionada y sin perdonar a Pedro Sánchez, -hecho que le corroe en sus adentros, confirmado por el frío cuando no hostil recibimiento que le ha dispensado en los dos únicos actos conjuntos de campaña electoral celebrados en Andalucía-, porque bien pronto se olvidó, negándose a ser un mero títere, que fue ella quién lo alzó a la secretaría general del PSOE y sin lo cual hoy sería un don nadie. Así de fuerte es la personalidad de la lideresa socialista andaluza, genio y descompostura hasta la sepultura.
Además de este respirar instintivo de Susana Díaz en aquella noche de recuento, le ocurrirían sus risas al contemplar que el PP se había hundido y que IU prácticamente había desaparecido. No obstante, tuvo que tener otras reflexiones, pero ninguna, por lo visto posteriormente, sobre cómo tendría que abordar la negociación para un pacto y con quién lo iba a llevar a cabo, de cara a dar estabilidad al Gobierno que pretendiera formar.SEVILLA 28/04/2015.- El presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán (i), saluda al coordinador andaluz de IU, Antonio Maillo (d), y a la diputada de su grupo María del Carmen Pérez (c), al inicio de la reunión mantenida hoy en la cámara regional en Sevilla para la investidura de la socialista Susana Díaz a la Presidencia de la Junta de Andalucía, que se someterá a una primera votación en la Cámara autonómica a partir del 4 de mayo. EFE/Julio Muñoz.
Igualmente, en ese recorrido pensativo por el nuevo mapa surgido, se alegraría porque `Podemos´ –al que le faltó tiempo y estrategia electoral inteligente para dar el paso de aparecer, no solo como recogedor del voto de la indignación sino, como alternativa- no había obtenido el mejor resultado que esperaba, a pesar de haberse tragado a casi toda IU-A y darle un buen mordisco al voto socialista, imposibilitando que el PSOE-A subiera. No sabemos si la presidenta de la Junta en funciones percibiría también que las urnas mostraron que los de Pablo Iglesias no habían medido bien el descenso de popularidad y que comenzaba a apreciarse en su formación cierto desgaste, entre otros motivos por cómo habían abordado los casos Errejón y Monedero que le pasaban factura por su mal cierre, con torpeza comunicativa y falta de reflejos, aparte de no haber sabido hacer frente a la furibunda ofensiva de la casta lanzada por los filibusteros de turno, sobre todo, igualmente, por no saber separarse desde un primer momento de cuanto estaba sucediendo en la caótica y confrontada Venezuela, tan ajeno a la teoría y a la práctica política europea como aparecer vestido en chándal o con traje y corbata en los actos oficiales.
Pero sin lugar a dudas, la dirigente socialista andaluza observaría aquella noche con sorpresa el surgimiento no tan esperado y con fuerza de `Ciudadanos´, sin apenas gozar de organización en Andalucía, colándose en el Parlamento andaluz y revelando en esta cita electoral que devoraba no solo el voto de UPyD, que aparecía como emergente hace cuatro años, provocando una crisis letal al partido personalista de Rosa Díaz, sino también tragándose bastantes votos procedentes del PP-A, a la par que barruntando a su vez no tener techo por ahora para incluso representarle al PSOE una futura amenaza con apropiarse de un sector moderado entre sus votantes.
Que Susana Díaz observara de reojo este nuevo escenario, no significa que lo asumiera para una estrategia de negociación política que diera respuesta satisfactoria al nuevo marco político surgido. Porque parece que su astrológica cabeza de Libra siguiera instalada en las declaraciones que expresó antes de las elecciones como motivos justificativos para el adelanto electoral: “Pido una mayoría suficiente para gobernar sin depender de nadie”, “No pactaré con el PP, tampoco con Podemos ni con IU, solo con los andaluces”, cuando aún no se olía la irrupción de `Ciudadanos´; como en la misma línea, las pronunciadas en la noche del recuento una vez conocido el veredicto de las urnas: “’Voy a gobernar en solitario’”, sin decir cómo.
No obstante, parece que conforme han ido pasando los días, quizás al percatarse Susana Díaz de la tozudez inamovible de la aritmética electoral salida de las urnas, ha aumentado su nerviosismo y preocupación, porque nadie de forma altruista y sin contrapartida alguna va a echarle un cable. De ahí que haya pasado a exigir a Rajoy, públicamente y a través de los medios, que interviniera ante el líder andaluz del PP, Juanma Moreno, para que facilitase su investidura. Aquí habría que recordar que en plena campaña autonómica Susana Díaz rechazó la propuesta del líder del PP-A para un acuerdo que respetara para gobernar a la lista más votada, aplicable tanto para las andaluzas como en las venideras; tildándola entonces Susana Díaz de “una ocurrencia más”, producto de la bisoñez de Juanma Moreno.
También Susana Díaz está exigiendo ahora a los nuevos partidos surgidos y hasta con rapapolvo que se suiciden voluntariamente, elevándola a presidenta de la Junta sin contrapartida alguna, tal vez recibiendo a cambio como premio subir a los cielos tras los entierros por sus respectivos electores, que se cobrarían así los enfados en las inmediatas elecciones municipales y autonómicas a transcurrir por tanta generosidad gratuita. Únicamente, “porque los problemas de Andalucía no esperan”, son palabras de Susana Díaz para forzar que le den el apoyo, cuando la culpable del momento actual es ella misma con la disolución anticipada de un Parlamento donde gozaba de mayoría absoluta, rompiendo con un aliado, IU, que le permitía cogobernar y siendo como motivo, dar el salto político para satisfacer sus ambiciones personales.
En este mismo sentido, habría que indicar a Susana Díaz que es el propio PSOE-A quien tiene paralizada o en provisionalidad, y no solo desde hace un par de meses, a la administración pública autonómica. Y es que han pasado por la Junta tres presidentes distintos del mismo partido verdadero en los últimos seis años, con transiciones políticas no siempre bien avenidas, cambios de consejeros y directores generales cada dos por tres, y teniendo cantidad de frentes abiertos en el plano judicial que frenan o llevan a sus gestores a no saber a qué atenerse o a adonde meterse para no tomar decisiones. Ello, acompasados de la mediocridad que ha venido rigiendo en los nombramientos que afectan incluso a la promoción de funcionarios y empleados públicos por el discrecional método de la libre designación y que en la inmensa mayoría están ligados a la trama orgánica partidista, en esa obscena instrumentalización, cuando no supeditación, de las instituciones públicas andaluzas a los intereses orgánicos del PSOE-A.


SEVILLA 28/04/2015.- El presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán (i), saluda al líder de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín (d), en presencia de los diputados de su grupo Irene Rivera (2d) y Julio Díaz Robledo (2i) al inicio de la reunión mantenida hoy en la cámara regional en Sevilla para la investidura de la socialista Susana Díaz a la Presidencia de la Junta de Andalucía, que se someterá a una primera votación en la Cámara autonómica a partir del 4 de mayo. EFE/Julio Muñoz.
¿A cuántos vacíos de largo tiempo en la gobernanza hemos asistidos en países europeos, como Bélgica últimamente, por no ponerse de acuerdo durante meses los partidos políticos salidos de las urnas para formar Gobierno, sin que la marcha del país se resienta? Está claro que el secreto está en la continuidad de la maquinaría de esas administraciones muy profesionalizadas que han ido ejecutando con normalidad las tareas y prestaciones de los servicios públicos que les competen, y con las puestas en marcha de los presupuestos prorrogados. Aquí, no es posible, en tanto al no haber Gobierno el armatoste administrativo clientelar, con enormes cargos intermedios dependientes del partido político gobernante, se paraliza ya que no sabe trabajar sin instrucciones y dirigismos partidarios hacia los poderes políticos, en esa confusión interesada entre PSOE-A y Junta de Andalucía.
En línea argumental, y como muestra de lo expresado sobre la apropiación de las instituciones como si de un cortijo privado se tratara, baste citar las indecentes presiones que ahora se han conocido de la delegada de Empleo de la Junta de Jaén, Irene Sabalete, grabada en la campaña de las anteriores elecciones autonómicas de marzo del 2012, chantajeando descaradamente a empleados públicos de los Alpes o de las UTDLT para la conservación de sus puestos de trabajo a cambio de convertirse en conseguidores del voto socialista.
Es tan solo la punta del iceberg de esas prácticas perversas que forman parte del acontecer diario en la Junta de Andalucía, institución convertida hoy en apéndice o prolongación de ese poder orgánico del PSOE-A, que a la vez contamina y corrompe a las prácticas administrativas, con lo que es fácil de entender que bajo este caldo de cultivo negativo estallen los casos de corrupción de los ERE, Fondos de Formación o se monte una administración paralela, hoy incrustada y ya consolidada en su seno.
Respecto a los nuevos partidos que han surgido en estas elecciones con representación parlamentaria, `Podemos´ y `Ciudadanos´, no han empleado una estrategia de negociación de fondo que meta el dedo en el ojo de Susana Díaz, al menos abriendo el melón de los dos problemas estructurales de fondo que de forma alarmante sacuden a Andalucía. El primero, la carencia de un modelo económico de futuro, que se base en la economía productiva que vaya más allá de la especulación y la estacionalidad turística o del sector primario, que afronte y acabe como prioridad con que esta comunidad autónoma figure como la última región europea en materia de desempleo, así como por la baja calidad y estabilidad en la mayoría de la ocupación laboral existente. Y el segundo apartado: la urgentísima reforma de la administración pública clientelar que impera, de cara a su profesionalización apartidaría y eficiencia en la gestión del servicio público a prestar, así como para ser instrumento que active y dinamice la economía andaluza.
Sin embargo, estos dos partidos, que demuestran no tener prisas en tanto se consolidan, están centrados en verlas venir, entreteniéndose mientras tanto en machacar a los que desde hace ya tiempo son cadáveres políticos, los ex presidentes, Griñán y Chaves, de cara a capitalizar fácilmente sus enterramientos y así dar la imagen de ganadores de enteros en la lucha contra la corrupción. En cuanto a IU de Andalucía, tras la debacle electoral sufrida, deja de contar por ahora, albergándose tan solo la incógnita de saber si la actual caída será de forma definitiva o podrá resucitar más allá del tercer día semanasantero.
Volviendo a la sesión inaugural de la legislatura, en este contexto de carencias de acuerdos, refugiado cada cual en su trinchera, como bien ha definido el profesor López Torres, es lógico, que el Parlamento de Andalucía ofreciera un panorama negativo. En esta dirección, lo único que no generó para su designación polémica o gresca alguna, sí bastante espectáculo en el desarrollo de su bronca tarea, consistió en el nombramiento de la Mesa de Edad, por la automaticidad con el calendario natal con que se produce, y que para presidirla recayó en el mayor entre los parlamentarios, en concreto en el socialista Luis Pizarro.
Subrayo la característica de biología avanzada en la designación de Luis Pizarro, porque, al contemplar la estridente manera en que dirigió la sesión inaugural, con batuta de bastos incluida a base de vociferantes y sobreactuadas amonestaciones en sus requerimientos, lejos de la mesura que le hubiese correspondido emplear, mostró una imagen deplorable, proyectando un pésimo nivel de la clase política andaluza. Extraño resultó, cuando, a diferencia de lo que se pudiera creer, no era una responsabilidad puntual que fuera seleccionada para la ocasión por su novata mocedad o rudo talante, sino por ser el parlamentario más senil entre sus señorías al que cabe suponerle a priori una mayor experiencia.
Esas amonestaciones de Pizarro estuvieron dirigidas fundamentalmente al portavoz del PP, Carlos Rojas, metido en la trifulca partidista por desacuerdo en el reparto de las secretarías de la Mesa, que el actual reglamento contempla al menos una por grupo político constituido, al batallar porque la que recayó en IU fuera a costa del tercero del PSOE-A y no del segundo del Grupo Popular.SEVILLA, 27/04/2015.- El presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán (i), saluda al presidente del PP-A, Juanma Moreno (d) y a la secretaria de organización, Loles López (c), al inicio de la reunión mantenida hoy en la Cámara regional en Sevilla para iniciar la ronda de consultas previas a la investidura de la socialista Susana Díaz para la Presidencia de la Junta de Andalucía, que se someterá a una primera votación en la Cámara autonómica a partir del 4 de mayo. EFE/Julio Muñoz.
Pero, si sorprendente y fuera de tono fue el inicio de la sesión parlamentaria, no menos resultó el resultado del nombramiento del nuevo presidente de la Cámara, así como la demás composición de la Mesa en los puestos que correspondían al partido de la mayoría minoritaria.
Aquí es de señalar que solo hubo una estrategia, la del PSOE-A, muy en su línea, o sea unilateral y por tanto sin consenso, pero ninguna iniciativa conjunta de la oposición donde cada cual actuó por su lado.
De esta manera, la oposición renunció, aunque su composición sea de lo más heterogénea, a ejercer la mayoría absoluta de que goza producto de sus sumas parciales, e interpretando lo que las urnas habían dictaminado. O sea, que el PSOE-A, al ser el partido de la mayoría minoritaria, debía de tomar la iniciativa para formar Gobierno, y la oposición en su conjunto ejercer el control y la fiscalización de la acción del ejecutivo, a través del Parlamento, más con la que está cayendo con los casos de corrupción de los ERE falsos o los cursos de formación. Para hacerlo visible y efectivo, hacía falta que ese poder legislativo contara con un Presidente que no fuera del mismo partido del ejecutivo. Ello no significa retornar a un planteamiento frentista, como en la época “de la pinza”, sino hacer entrar en razón al PSOE-A, que se iniciaba una legislatura de pacto y de negociación, bien distinta a la de las mayorías absolutas del pasado.
Es más, ese posible acuerdo con luz y taquígrafos podría ser asumido y ofrecido al mismo PSOE-A, y que fuera la opción socialista la que incluso participara en la unanimidad de ese nombramiento, dándole la oportunidad de que eligiera entre los grupos opositores al nuevo responsable del legislativo, que igualmente deberían apoyar los demás grupos políticos. Ello no fue así, porque el PSOE-A no estaba por la labor y a la vez se aprovechó del temor de los partidos de la oposición, tan heterogéneos, a aparecer juntos, por la rentabilidad política que en ese desacuerdo podría sacar Susana Díaz para las inmediatas elecciones municipales. Pero ha sido un craso error que este hecho no se haya producido.
El nombramiento del socialista, Juan Pablo Durán, como resplandeciente nuevo presidente del Parlamento de Andalucía, a propuesta de Susana Díaz al PSOE-A y con el único voto del grupo de parlamentarios socialistas, por lo que tuvo que salir en segunda vuelta, es otro escándalo y elemento de controversia para la confrontación. El parlamentario Durán, es uno más del entramado del aparato socialista al que no se le conocen estudios ni vida laboral más allá de su irreversible pase sin retorno, hace de esto ya casi veinte años, de trabajador autónomo de la madera a la responsabilidad orgánica partidaria. Ocupa desde el año 2008 hasta la actualidad la secretaria general de los socialistas cordobeses. Fue derrotado en las municipales de mayo del 2011 a la capital cordobesa, cuya lista que encabezaba logró que el PSOE-A pasara a ser la cuarta fuerza política. En consecuencia, típico político de ese espécimen común que no asume responsabilidad política alguna por sus fracasos, de difícil reinserción en la vida laboral y civil de la sociedad, y que hoy impera mayoritariamente en la dirección socialista andaluza.
Para culminar esa incrustación que continua del PSOE-A en las instituciones autonómicas, los otros dos puestos de la Mesa de la Cámara, órgano del Gobierno del Parlamento, que corresponden a los socialistas, han sido cubiertos por las máximas responsables de las ejecutivas provinciales del PSOE-A de Sevilla, Verónica Pérez, que accede a una vicepresidencia, y de Granada, Teresa Jiménez, que pasa a ocupar una secretaría.
Para más escarnio, Durán, nuevo Presidente del Parlamento autonómico, está expedientado y sancionado por el Banco de España, por lo que continua pagando actualmente la pena pecuniaria que le fue impuesta. Sucedió en su condición de consejero por el PSOE-A en la extinta Caja Sur. Esta entidad de ahorro, otra más objeto de saqueo en la gestión, en este caso tuvo lugar con el cómplice consentimiento, cuando no propiciándolo, del propio obispado de Córdoba, estúdiese si no la malversadora gestión de sus fondos que realizó desde la dirección el sacerdote Miguel Castillejo que siempre estuvo arropado por la jerarquía eclesiástica provincial, a través del titular de la entidad, el Cabildo Catedral de Córdoba que contó además con la connivencia de la clase política cordobesa. Como consecuencia de la quiebra a la que la llevaron, Caja Sur tuvo que ser absorbida por BBK, integrado en Kutxa Bank, obligado por el Banco de España ante la situación límite que atravesaba, siendo al final un caso más donde fatalmente la toma de decisión sobre el ahorro de las familias y economías de Andalucía se sitúa ya fuera de esta Comunidad Autónoma.
Así pues, este indecoroso nombramiento de la primera autoridad en el poder legislativo andaluz, contraviene, igualmente, ese principio predicado durante la reciente campaña electoral por la propia Susana Díaz, hasta desgañitarse, sobre el estado inmaculado de sus listas electorales autonómicas.
¿Esta `ocurrencia´ sobre los impresentables nombramientos producidos en el Parlamento de Andalucía formando parte de la cuota que tiene asignado el PSOE-A y recaídos en los anteriormente señalados, es el nuevo modelo de regeneración que Susana Díaz predica para Andalucía? ¿Es posible la recuperación ética del PSOE-A por los mismos que arrastran tantísimos lastres? ¿Se ha enterado ya Susana Díaz de los resultados que hubo en Andalucía en las últimas elecciones autonómicas para rectificar la deriva sin rumbo que lleva el PSOE-A y para asumir en lo institucional una cultura de pacto de cara a no posponer su investidura para la Presidencia de la Junta, que dé paso a la formación de un Gobierno con nuevas políticas?, ¿Ó por el contrario, va a persistir en seguir culpando a la oposición de que no le dé un cheque en blanco cuando el desaguisado existente en Andalucía es previo a esta cita con las urnas y en todo caso ha sido agudizado por su irresponsabilidad en el adelanto de los comicios con el resultado de una cuenta de explotación electoral que no le cuadra?
Mucho me temo que no. Ojala me equivoque.

2 de mayo de 2015
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