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| Foto: Archivo TJD |
Los agentes dentro del plan especial establecido para la lucha contra el narcotráfico a pequeña escala y que suelen tener la base operativa en domicilios particulares desde donde se distribuye la droga cortada en dosis, a personas que acuden al mismo a comprarla, creando una gran alarma social, detectan un domicilio desde donde se está distribuyendo cocaína.
Para desarticular el punto de venta establecen vigilancias discretas sobre el domicilio como sobre sus moradores.
En una de estas vigilancias observan como los dos inquilinos de la vivienda se marchan en un vehículo que los esperaba en el exterior conducido por una tercera persona.
Al sospechar de que pudieran ir a realizar una compra de droga, deciden establecer un operativo de seguridad ciudadana en la carretera por donde tenían que acceder de regreso al domicilio.
El vehículo es parado, el cual resulta que había sido sustraído horas antes en la localidad de San Roque, deteniendo a su conductor. Los otros dos ocupantes, moradores de la vivienda , llevaban entre los dos 19 gramos de cocaína de gran pureza, siendo detenidos.
Mientras que están realizando la comparecencia judicial, los agentes realizan una entrada y registro del domicilio, previamente autorizado por el Juzgado núm 3 de San Roque en el que intervienen:
Una prensadora (utilizado para mezclar la cocaína con otras sustancias, como yeso y analgésicos) y 5 dosis de cocaína, listas para distribuir en el mercado.
Los agentes se dirigen a las dependencias judiciales, donde los inquilinos de la vivienda están prestando declaración. Una vez que finalizan ésta, los vuelven a detener como autores de un delito Contra la Salud Pública.
De los hechos se instruyeron las correspondientes diligencias que en unión del detenido e inmigrante interceptado han sido puestos a disposición de la Autoridad Judicial.
