Foto: La Gitanilla |
Soñar es quizá lo más necesario que existe, más necesario incluso que ver.
Si un día me dijeran: estás obligada a elegir entre soñar y
ver, yo elegiría sin duda soñar. Creo que con la imaginación y el sueño se
soporta mejor la ceguera.
La fotografía, es el arte de la mirada.
La fotografía es imagen en el tiempo .Tal vez por eso no es posible ver una fotografía sin sentir que forma parte de un continuo, que pertenece a un transcurrir del que hemos aislado un instante.
Un instante que tiene un antes y un después.
Mirar fotografías nos obliga a un doble esfuerzo: el esfuerzo de ver, pero también el de adivinar.
Mirar no es limitarse a percibir pasivamente las cosas, sino adentrarse en ellas, percibir su vida escondida.
Lo que es lo mismo que decir que solo con la imaginación, como afirma Kierostami, podemos ver de verdad el mundo.
La fotografía es imagen en el tiempo .Tal vez por eso no es posible ver una fotografía sin sentir que forma parte de un continuo, que pertenece a un transcurrir del que hemos aislado un instante.
Un instante que tiene un antes y un después.
Mirar fotografías nos obliga a un doble esfuerzo: el esfuerzo de ver, pero también el de adivinar.
Mirar no es limitarse a percibir pasivamente las cosas, sino adentrarse en ellas, percibir su vida escondida.
Lo que es lo mismo que decir que solo con la imaginación, como afirma Kierostami, podemos ver de verdad el mundo.
Pero ¿es posible hoy algo así?
Vivimos bajo el signo de las copias y los ecos.
No hacemos sino ser el eco de lo que vemos en los medios audiovisuales, que a su vez solo es repetición de lo que se dice y se ve en otro lugar.
Somos copias de copias.
Y, lo más extraño, es que no solo no tenemos conciencia alguna de ello, sino que cuanto más nos limitamos a repetir lo que oímos y a parecernos a lo que vemos más orgullosos nos sentimos.
Mirar tiene que ver con la atención, con la renuncia a
poseer, es un acto de amor, como hacen los niños cuando dibujan. Ellos no
pintan el caballo, sino su emoción al descubrirlo. Pintan su asombro al verlo
en el prado. Pintan pequeños centauros. Ven porque aman; y aman a pesar de que
ven.
Hoy más necesario que nunca: ver el mundo con los ojos del
pensamiento.
Una mirada que no se conforma con ver, sino que espera ver.
Una mirada que no se conforma con ver, sino que espera ver.
Extracto de un artículo deGustavo Martín Garzo