El secretario general del PSOE y candidato a las elecciones generales, Pedro Sánchez, ha defendido este lunes la decisión de mostrar una gran bandera de España en el acto en el que fue proclamado candidato socialista al Palacio de La Moncloa.
Esto me recordó la famosa bandera del 2001 que el Sr. Aznar desplegó en la plaza de Colón. Parece ser que el tamaño si importa, cuanto más grande, más se presume, como si fuera el órgano fálico para saber quien le excita más, él ser más español.
La bandera que replegaron ambos políticos representa no solo La Constitución, sino también a una monarquía que no ha sido refrendada por los socialistas y mucho menos por los españoles en el periodo Constitucional.
No cabe duda de que las raíces del PSOE son republicanas, ni de que los principios en los que se basó el Partido Socialista Obrero Español fueron republicanos. Si Pablo Iglesias (fundador del PSOE) levantara la cabeza y viera lo que ha cambiado el PSOE desde que dijo en el Congreso de los Diputados (“no somos monárquicos porque no lo podemos ser, quien aspira a suprimir el rey del taller, no puede admitir otro rey en la Nación”) se afiliaba a PODEMOS. Pero esas hondas raíces las dejó de regar el PSOE en 1978 y hoy ese alma republicana que muchos de los miembros del PSOE enarbolan se sigue marchitando. ¿Qué van hacer los republicanos socialistas, votarán al monárquico Pedro Sánchez?
Los símbolos y banderas por muy grandes que sean, “la bandera de Aznar, la de Pedro Sánchez, la megaestelada de la senyera Catalana” no unen, sino todo lo contrario, los países y sus ejércitos masacraban a todos los que no veneraban a su bandera. Los países civilizados ya no lo hacen, ¡no regresemos a la Edad Media!
Si queremos resorber el estallido social en Cataluña, no debemos de usar banderas ni todo lo que ella implica, sino políticas sociales que nos unan. Lo prioritario son los ciudadanos, una vez resueltos el hambre, los desahucios, el paro, las desigualdades, es decir superada la crisis y cuando ningún catalán utilice a los emigrantes y a España como culpables de su pésima situación, tendrán derecho a seguir como parte de España o recorrer su futuro ella sola como nación, pero antes tenemos que quitar del medio a la casta de políticos que han llevado a Cataluña y España a esta situación de penuria y de enfrentamiento.
E. Alonso