Toros y Fútbol en Jimena en 1957 ... por Juan Ignacio Trillo


Preámbulo: En tanto realizaba una limpieza de papeles y de cosas almacenadas sin sentido y sin utilidad, la aparición fortuita de unas notas familiares y recortes de prensa, datadas en la década de los cincuenta del pasado siglo, me ha permitido reconstruir esta crónica local de aquel tiempo y referido al gaditano pueblo que me vio nacer: Jimena de la Frontera.
TOROS Y FÚTBOL EN JIMENA EN 1957
El trágico suceso que padeció la población jimenata, y allende la colindante comarca campogibraltareña, como consecuencia del hundimiento de la plaza de toros que acaeció el diecisiete de agosto de mil novecientos sesenta y uno, presentando el fatal desenlace de cinco fallecidos y más de ochocientos heridos, dejó en el olvido el precedente espectáculo taurómaco celebrado cuatro años antes, sin incidencias a destacar más allá de la normalidad.



Tragedia en Jimena, 17 de agosto de 1961, por el hundimiento de la plaza de toros portátil que recoge esta instantánea. Fuente: Ediciones OBA Tuvo lugar, el mismo día y siguiente, en idéntico lugar y también sobre una estructura portátil similar a la que ocurrió el drama anteriormente recordado.


Uno de los promotores. Fuente: Diario El ÁreaSucedió por tanto en agosto. Transcurría el año 1957. Un grupo de treinta jimenatos formalizaron una empresa. Quijotes para la promoción del pueblo más que para ganar dinero. La lógica verosímil en aquel instante, aún de penuria económica para la gran mayoría, de cara a facilitar el acceso masivo a este tipo de espectáculo y así llenar la plaza, obligaba a poner bajos precios a las entradas, por lo que solían perder quienes se aventuraban a organizarlo.
La sociedad promotora para el evento, lo constituyeron tenderos y propietarios agrícolas de la localidad. Iban, desde el ferretero Miguel Ramos, el minorista Bartolo Macías, el dueño del mix, entre tienda, destilería y panadería, Luis Luque, a Juan Gómez del comercio de “Los Huérfanos”, o Martín Álvarez, carnicero, ambos de la Estación, o el campero, Lorenzo Piñero Quirós, cuya casa situada en calle Sevilla, entonces José Antonio Primo de Rivera, servía, en una improvisada taquilla dispuesta al efecto en la ventana de la fachada de su inmueble, para la venta de las entradas.


Cartel anunciador de las corridas de toros de la feria de agosto de 1957 que se celebró en Jimena de la Frontera (Cádiz) Fuente: Diario Área.En este sentido, estos jimenatos quisieron dar realce a la tradicional feria de agosto del pueblo, organizando dos corridas de novillos-toros, a celebrarse el sábado día diecisiete, segundo día de los festejos, y el domingo dieciocho que la cerraba.
Las reses de ambas lidias taurinas correspondió a la malagueña ganadería de los señores “Goizueta Hermanos”, y el horario de su inicio estuvo previsto para la seis y media de la tarde, siendo amenizadas por la banda de música de Estepona.
Estaba claro que en aquella época, a diferencia de la actual, primaban más las corridas de toros que los partidos de fútbol a la hora de atraer más gentes de fuera con motivo de la feria de agosto. De ahí, que, al igual que cuatro años después cuando la plaza de toros portátil acabó por los suelos, se instaló en el campo de fútbol local, que momentos después a este agosto de 1957 pasaría a denominarse “El Cañaveral”. Este espacio deportivo, por tanto, quedaba inhabilitado temporalmente durante gran parte de ese mes de agosto para montar cualquier trofeo veraniego de balompié.
Precisamente en aquel tiempo, el “Jimena, Club Deportivo”, estaba recién fundado. Había sobrevenido tal acontecimiento en octubre de 1956, y, en la tórrida fecha agosteña en que tuvo lugar la corrida de toros reseñada aún el campo de fútbol de competición no tenía ni vallado su perímetro. Más tarde, se haría de cañizos y se elevaría un marcador. El total de socios de que disponía el club era de alrededor de 150, cuando el total de habitantes del municipio estaba en diez mil personas.


Miembros de la Junta Directiva fundacional del equipo de fútbol, Jimena, CD y otros aficionados. 1.959. Sentados: Saldaña/Ernesto Cuenca Cobalea y Juan Trillo Trillo. De pie: Fernando Carrión Durán/Juan Piñero/José Domingo Carrasco Corbacho/Miguel Ramos Perales y Diego Bautista Prieto. Fuente: Ediciones OBALa Junta directiva lo encabezaban, como presidentes, Juan Ignacio Trillo, médico, y de presidente ejecutivo, Miguel Ramos Perales, de la ferretería de calle Sevilla, ubicada más arriba y por la misma acera que la pensión “La Perla” de María Rodríguez. Otros miembros de la directiva fueron: como vicepresidente, Francisco Sánchez Valles, que suministraba bebidas a los bares del barrio de arriba; de secretario, el farmacéutico Antonio Mata Gómez, antecesor en esa dependencia de medicamentos de José Regueira Ramos; de vicesecretario, José Domingo Carrasco Corbacho, vecino de calle Consuelo, que era locutor en Radio Juventud de la Línea de la Concepción; y como Tesorero, Lorenzo Piñero Quirós, empresario agrícola.


El equipo de Jimena. 1958. Agachados de izquierda a derecha: Andrés Roldán Angulo/Juan Roldán Angulo/Manolo Gallego Macías/Gonzalo Vallecillo Durán/Cristóbal Delgado Vallecillo. De pie: Antono Alvarado Uralde (entrenador)/José María Sánchez Sánchez/Bernardo Pajares Oncala/Juan Vallecillo Durán/Paco Jiménez Mateo/Diego Caballero Espejo. Fuente: Ediciones OBA.La primera alineación oficial del equipo de fútbol la constituyeron los jugadores que vienen a continuación: En la portería, José María Sánchez Sánchez, de “Los Larguitos”, hijo del Santero del convento donde se halla la patrona, la Reina de los Ángeles.
Defensas: Paco Jiménez, “Baltasar”, hijo de Baltasar, cuyo oficio era la albañilería; Juan Sánchez Sánchez, hermano del portero, José María; y Juan Vallecillo Durán, uno de los hijos del dueño de la fábrica de harina que había a la entrada del pueblo.
Medios: Manolo Gallego Macías, que ejercía de empleado del Banco Hispano-Americano, sito al inicio de calle Sevilla; y Gonzalo Vallecillo Durán, el mayor y hermano de Juan.
Delanteros: Alfonso López Sarrias, hijo de López, dueño del bar que estaba a la entrada de calle Consuelo; Cristóbal Delgado Vallecillo, “Tobi”, que emigró a Cataluña y hoy es afamado empresario gráfico en Sabadell; Benedicto, que era de Algeciras; Bernardo Pajares Oncala, hijo de la viuda que tenía la tienda que estaba justo a continuación de la casa de Pedro Corbacho, el cartero; Juan Roldán (“El hijo de Lucía”), descendiente del dueño del bar de la Estación y que luego ficharía por otros equipos de tercera división; y Diego Caballero Espejo, “Diego Lucas el Chirri”, tratante de animales.
El entrenador era Antonio Alvarado Hurtado, representante de comercio en el barrio de arriba con grandes apreturas económicas como la mayoría en aquella época. Todos jugaban por su afición, sin remuneración alguna.


Ya en 1.955, aún sin haberse fundado oficialmente el Jimena CD, ya había un grupo de jóvenes y mayores aficionados al fútbol que habían formado equipo. Agachados: Juan Sánchez Gil/Andrés Rondán Angulo/José Maía Sánchez Sánchez/Andrés Sarrias Albor/ (el barbero del inicio de calle Sevilla que después fue árbitro y era un gran forofo del Atlético de Madrid, teniendo en la peluquería un gran poster del “colchonero” Abelardo) Serafíno Ruiz Toledo. De pie: Desconocido, Manuel González León/Juan Sánchez Sánchez/Felix Trullar Albor/Francisco Ruiz Toledo y José Riquelme Espinosa. Fuente: Ediciones OBAEl Jimena CD había competido ya en algunos partidos, participando en un trofeo junto al San Roque, Los Barrios y Tarifa, donde en esa fecha agosteña tenían pendientes la final. Dos días después de la finalización de la feria de Jimena, veinte de agosto, tenía previsto jugar en el campo de Cortes de la Frontera aprovechando sus festejos locales. Su aspiración máxima era entrar en categoría regional.


Jugadores, rindiendo homenaje a quién revolucionó ya en 1960 al equipo del Jimena CD: el gallego Ramón Regueira Ramos (“Moncho”), jugador y entrenador. De izquierda a derecha. En primera línea: Alfonso López Sarrias/Rafael Picón/Miguel Cuenca Avilés, miembro de la Directiva y practicante de profesión/Manolo GallegoMacías/detrás, Juan Rondón Angulo,/Ramón Regueira Ramos, “Moncho”/ /Diego RochaSánchez/detrás, José Gómez Sánchez y José Melández Duarte. Fuente: Ediciones OBA.Posteriormente, al inicio de los sesenta, con la llegada procedente de Galicia de Ramón Regueira Ramos que compró la farmacia que pertenecía hasta entonces a Antonio Mata, bajo su preciado fútbol como balompédico y a la vez entrenador, el Jimena CD, alcanzaría su cúspide de éxitos. Ramón, había jugado en Primera División con el Coruña y era compañero e íntimo del también futbolista gallego, Luis Suárez, que pasó de allí al Barça y luego al Inter de Milán y al Sampdoria para acabar siendo seleccionador nacional de España. Vino acompañado de su hermano farmacéutico, José, hoy cronista oficial del pueblo, que sería quien definitivamente se quedaría a vivir en Jimena. Pero todo eso es ya otra historia.


Ayuntamiento de Jimena y tramo de calle Sevilla, entonces de José Antonio Primo de Rivera. Agosto 1957. Fuente: Diario Área.En consecuencia, lo que hizo primar las corridas al fútbol en la feria de agosto de Jimena fue la afición taurina superior que existía en aquella época entre sus habitantes y más allá de sus límites municipales. Tiempos en que la sensibilidad para la protección de los animales era inexistente e imposible imaginarse que algún día pudiera aparecer un movimiento antitaurino.
Anteriormente también había gozado de fama en Jimena este tipo de espectáculos sangrientos, que tuvo su inicio en la España del siglo XII, no exentos desde su origen de polémicas entre detractores y partidarios de sus celebraciones por distintas causas, aunque lógicamente la contestación no llegaba a los niveles cuantitativos y cualitativos existentes hoy en día en evitación del mal trato humano a los animales.


El Papa Pío V (1504 – 1572). Fuente: Wikipedia.Así, el papa Pío V en 1567 abominó de las corridas de toros por considerarlas paganas. Mediante una Bula, condenó con la excomunión a quienes participaran o las organizaran. Luego, siendo imposible su erradicación, serían aplicables tales reparos tan solo a los clérigos.
Sin embargo, la fuerte controversia sobre su abolición tuvo otro repunte condenatorio procedentes de los ilustrados, modernizadores y regeneracionistas de finales del siglo XVIII, cuando las llegaron a calificar, entre otros descalificadores epítetos, de salvajadas que nos separaban de Europa.


Real Cédula de 1805, inspirada por Manuel Godoy y que fuera promulgada por el Rey Carlos IV por el que se prohibían los festejos taurinos “de muerte”. Fuente: Wikimedia commonsPoco después, la discusión tuvo su cénit en 1805, cuando Manuel Godoy, mediante Real Cédula promulgada por Carlos IV, del que era su primer ministro, las prohibió en todo el territorio nacional.
Principalmente estuvo motivado por al nulo aprovechamiento agrícola que se extraía de esas extensas dehesas dedicadas exclusivamente a las reses bravas, así como al absentismo laboral que esos festejos ocasionaban entre los aficionados, al igual que por estar contra nuestras costumbres y tradiciones; argumentos estos últimos, que por cierto se emplean ahora por el contrario para su defensa.


Cortes de Cádiz en el Teatro 1812. Fuente: cádizdigital.esPoco después, fueron levantadas sus proscripciones por el napoleónico rey francés, José Bonaparte, que las legalizó para ganarse adeptos y simpatías que lo sacaran de su impopular estado de aislamiento político y social. Posteriormente, en el año 1813 y en las Cortes de Cádiz, se volvió a plantear el debate, aprobándose que continuaran sus celebraciones. Curiosamente sucedió, por el voto a favor de los liberales, encabezados por el diputado por Cataluña, Antonio Capmany, contra los absolutistas que estaban en contra.


Ley 8/1991 de 30 de abril de Protección de los Animales de la Comunidad Autónoma de Canarias. Primeros artículosMás recientemente, ya en 1991, las corridas de toros fueron erradicadas en Canarias por la entrada en vigor de la autonómica Ley de Protección del Animal. Fue a iniciativa del isleño político entonces independiente, Miguel Cabrera Pérez Camacho, que luego paradójicamente ha sido diputado del PP. Por tanto, diecinueve años antes que ocurriera en Cataluña, donde desde el año 2010 quedaron prohibidas, se había producido su supresión en la comunidad autónoma canaria.
Dejando atrás esa pincelada sobre el recorrido de la polémica, desde el pasado al presente, de cara a permitir o liquidar las corridas de toros, no se trata aquí de abordar esa controversia, hoy ya abiertamente planteada, sino de hacer crónica del devenir de un acto tauromáquico que se celebró en Jimena en las fechas indicadas de 1957, y sin cuyo relato junto al del fútbol que aquí se expone, gracias a los manuscritos y recortes de la prensa comarcal que casualmente he hallado, tal vez bien pronto se perdería definitivamente para la historia local.


Lugar donde se celebraban las corridas de toros, a la entrada del pueblo, que a partir de 1954 se transformó en jardín. Fuente: Andrés Beffa. Ayuntamiento de Jimena.Jimena en su pasado, llegó a contar con un gran coso taurino a la misma entrada del pueblo, cuyo estado ruinoso posterior dio paso, aun preservando inicialmente una parte de su fachada norte, la que daba a la empinada calle Romo, a un bello jardín que cuidaba, como empleado municipal, Antonio Pajares Rivas.


El parque que sustituyó al albero de la plaza de toros. Al fondo lo que quedó de plaza de toros que lo habitaba la familia de Pajares el jardinero. Parcela que luego, demolido la parte constructiva, sirvió para elevar el actual Centro de enseñanza. 1.959. Kati Gómez Bueno. Fuente: Ediciones OBAEn esa parte constructiva que todavía se conservada, residía la familia del jardinero, y con la llegada de los primeros coches se empleó la otra parte de la misma estructura que aún estaba en pie, pero a espaldas del antiguo ruedo -a partir de 1954 fue un bello jardín- que daba a la calle Romo, para garajes individuales que alquilaba el ayuntamiento, propietario del recinto.


Corrida de toros, a la entrada de Jimena. 1.945. En el centro y entre los dos salientes de madera, las hermanas, Isabel, María y Eugenia Ramos Gil. A mano izquierda de Isabel, Juan Rodríguez Gómez. Fuente: Ediciones OBA.En dicho lugar estuvieron dándose corridas de toros hasta el año 1945, cuya última se celebró en 1945 coincidentes con la entonces célebre feria del ganado de Jimena que se celebraba a mitad del mes de mayo y que rivalizaba con la del mes de agosto.


Otra panorámica de lo espectadores de la novillada de 1.945. Fuente: Ediciones OBA.Más tarde, ya entrados en la década de los años setenta del pasado siglo, sería totalmente demolida y desaparecida la zona verde que tenía delante, construyéndose en dicha parcela el centro de enseñanza pública secundaria, Nuestra Señora de Los Ángeles, cuyo nombre es debido a la patrona que se halla en el santuario de La Estación y que lógicamente representó un avance en el equipamiento escolar para los estudiantes de la localidad.


El centro de enseñanza de Jimena, Nuestra Señora de los Ángeles. Fuente: Blog El CEIP Reina de los Ángeles.No obstante, la “moderna” y despersonalizada tipología constructiva del nuevo edificio educativo, similar a la que se edificaba en aquel momento en cualquier lugar de España, así como el inmenso volumen a lo ancho y a la altura que se elevó, significaron una barrera arquitectónica que acabó con una de las estampas más bellas de observación de nuestro milenario pueblo a su llegada por carretera por la entrada del barrio de abajo.


Entrada a Jimena. Escalera de subida al jardín de lo que fue el llano para las corridas de toros de la antigua plaza donde ahora se ubicó el centro educativo que no deja de ver desde aquí el pueblo. A caballo, Pedro Navarro Sánchez. 1956. Fuente: Ediciones OBAPrecisamente desde ahí, se visualizaban las casas blancas esparcidas y ordenadas de forma irregular, como desparramadas y alargadas a lo ancho y en vertical a la ladera del monte San Cristóbal, teniendo el Castillo como montera, por lo que representó un grave atentado a ese bello paisaje urbano y tradicional que quedó tapado. No fue, por tanto, muy afortunado el espacio elegido para su construcción.
La fama de Jimena en el mundo taurino del pasado llevó a que políticos españoles de finales del siglo XIX y principios del XX se personaran como ilustres espectadores procedentes de La Corte en las corridas de toros que se celebraban en verano.


Litografía de 1878 que recoge la Iglesia de Santa María la Coronada, delante de la cual se celebraron festejos taurinos. Fuente: Andrés Macías Sánchez.En tanto se hacía necesaria la restauración de esa plaza de toros que había a la entrada del pueblo o en matinadas festivas, las capeas y corridas se celebraban en el mismo centro del casco histórico del barrio de abajo, concretamente en El Paseo, lo que es hoy la plaza de la Constitución, en su tramo este que no era ocupado por la iglesia, entonces existente, de Nuestra Señora Coronada, que desde su demolición, sucedida a finales de la década de los cuarenta e inicios de los cincuenta del siglo pasado, solo se conserva el actual campanario.


Paseo, delante de la iglesia Santa María Coronada, antes de su demolición, donde también se celebraron corridasEl redondel taurino era cercado en forma irregularmente circular, con burladeros situados al efecto, sin grada alguna, pero con algunos carromatos que contribuían a su cierre o servían, situados en las postrimerías de las vallas de madera, para albergar aficionados de cara a que contemplaran cuanto sobrevenía en el ruedo sin obstáculos humanos por delante. Otros aficionados, se situaban en los balcones y hasta colgados exteriormente de las rejas de las viviendas de alrededores desde donde se podían visualizar las faenas.


Público asistente en la novillada en la Estación de Jimena, 1.952, cercada con ruedas de carretas. Fuente: Ediciones OBA.También en la Estación de los Ángeles de Jimena llegaron a celebrarse corridas de toros. La última, coincidente con la festividad de la patrona, la reina de los Ángeles, tuvo lugar el domingo 7 de septiembre de 1952. Se celebró bajo un cercado de ruedas de carretas que se improvisó atadas por una soga horizontal en un llano franqueado el paso a nivel de las vías del tren situada frente a la entrada a Michigán, adentrándose a mano izquierda hacia el patio de corcho que se encontraba cercano.


Novillada en la Estación de Jimena. 1952. Los toreros Alfonso y Doncel. Fuente: Ediciones OBA.Las vaquillas fueron toreadas por los novilleros, que eran hermanos, Alfonso y Pedro Doncel Casas, ambos camperos originarios de Jimena criados en La Barca, y que potaban de mote: “Los cañamaques”.


La Rajoneadora, Paquita Rocamora. Fuente: Centro de Documentación de la Imagen de Santander.La primera corrida de las previstas en ese año a que nos referimos aquí en detalle, de 1957, transcurrió con una plaza de toros abarrotada y que disfrutó de lo lindo sobre lo que era de su agrado. Comenzó la lidia con una rejoneadora a caballo, la valenciana Paquita Rocamora, (Francisca Rocamora Andréu), que, según las crónicas de aquella fecha, demostró su control y veteranía con el caballo a pesar de su juventud. Colocó sobre el lomo del noble astado dos banderillas y rejoneó con gran destreza hasta que el ejemplar cayó al suelo sin necesidad de puntillero.


Paquita Rocamora, rejoneando al novillo que le tocó. Fuente: Petreraldia.com.Paquita, toreó todo el tiempo montada sobre el caballo porque la dictadura franquista prohibía a la mujer rejoneadora, a diferencia del varón, como otra forma de discriminación femenina, hacerlo a pie; proscripción que estuvo en vigor por Franco hasta 1974. Rocamora paseó, teniendo en sus manos las dos orejas de su víctima como trofeo, dando dos vueltas al redondel.
A continuación, se abrió paso el mano a mano entre los novilleros, Luis Sánchez Blanco, madrileño, y Elio Cruz, de Algeciras, cuya hermana, Rosario Cruz, regentaba el kiosco que había instalado en la “especial”, gentilicio de esa ciudad, plaza Alta. Elio, falleció no hace tanto de muerte natural, el cuatro de marzo del 2012. Se trataba en este acto taurino de lidiar cada uno un vacuno.
Así, en el ejemplar que le correspondió a Luis Sánchez Blanco, estuvo discreto y al final escuchó algunas palmas. Sin embargo, el que triunfó transmitiendo incontenible éxtasis al que se califica de respetable público, fue el citado Elio Cruz.


Elio Cruz con El Polo en la antigua plaza de toros La Perseverancia de Algeciras. Fuente: Toreros del Campo de Gibraltar.Comenzó Cruz toreando con el capote, y, a pesar de que la res se colaba por su lado derecho, se marcó en un quite unas chicuelinas que hizo arrancar una gran ovación, metiéndose a partir de entonces al público en el bolsillo. Tras colocar al sufrido bovino tres pares de banderillas con gran elegancia de estilo, la segunda sería la más aplaudida, empezó con la muleta dando pases que los entendidos de estas prácticas conceptuaron de perfecta ejecución y que los presentes desde las gradas jalearon al unísono. Entró a matar al animal, y tras un pinchazo y una gran estocada acabó con el inocente novillo. Le valieron por la presidencia las dos orejas.


Miguelín, Elio Cruz, Paramio, José Duarte, Finito, El Águila, Clavijo, Rondeño, El Polo, Butron y Miguel Michan, entre otros, en la plaza de toros de Ronda. Fuente; Toreros del Campo de Gibraltar.En el vacuno sobrero para el novillero que realizara la mejor faena, quedó claro que le correspondía su lidia a Elio Cruz. La res salió enfilada al albero del ruedo desde el cajón donde estaba encerrado, empitonando con una enorme bravura y ganas de embestir a todo lo que se le pusiera por delante. Cruz, lo recibió con el capote, entre lances de frente y por detrás, a los gritos de olés acompasados de enfervorizados aplausos procedentes de los tendidos. Tuvo que saludar, montera en mano, desde el centro del redondel. Tres pares de banderillas, colocadas en lo que los cánones de esta cruenta técnica denominan a la perfección, hicieron caldear aún más la euforia entre los asistentes.


Anuncio de otros dos promotores. Fuente: diario ÁreaSeguidamente, Cruz, brindó al público, que puesto en pie le correspondió con una fuerte ovación. Comenzó la faena con tres estatutarios que puso a los asistentes a temperatura de escalofríos, para pasar a citar a la res, de frente y desde la distancia dispuesto a instrumentarle unos pases naturales de torero consagrado. Tres muletazos naturales más con la mano izquierda, siguiendo en redondo con giraldillas y pases ya de todas las marcas, interrumpieron el silencio. La aclamación del gentío fue a más, ya sin parar hasta que entró a matar, y ahí cundió el delirio cuando una única estocada hizo caer de manera fulminante al noble, bravo y joven animal.
Le fueron entregados por el alguacil las dos orejas, el rabo y una pata. Fue paseado a hombros por el ruedo y salió por la puerta grande en volandas cuesta arriba en dirección al pueblo, acompañado de una muchedumbre que no paraba de ovacionarle hasta dejarlo en la puerta de su hospedaje: la pensión de Milagros, hermana de Ernesto Cuenca, situada a la entrada del pueblo, al inicio del antiguo Paseo del barrio de abajo.
La corrida del día siguiente, domingo dieciocho de agosto y último día de feria, estuvo dividida en dos partes. Una primera, fue otro mano a mano, esta vez entre los novilleros Salvador Mateo “Miguelín IIº” y Mariano Álvarez Moniche.


Miguel Mateo Miguelín, hermano de Salvador Mateo Miguelín IIºEl novillero Salvador Mateo era hermano del que entonces estaba siendo famoso espada algecireño, aunque cartagenero de nacimiento, Miguel Mateo “Miguelín”, que luego, tras tomar la alternativa el nueve de septiembre de 1958 en la plaza de toros de Murcia, teniendo como padrino a Luis Miguel Dominguín y como testigo a César Girón, sería toda una leyenda en el mundo de la tauromaquia, casi siempre en rivalidad broncosa con Manuel Benítez “El Cordobés”.


Anuncio de otro promotor. Fuente: diario ÁreaEn esta lidia de Jimena, Mariano Álvarez Moriche, también triunfó gracias a la faena que realizó, en la que estuvo muy bien asistido por su cuadrilla de banderilleros. Empezó lanceando el capote y llegó a la muleta dando pases de todas las marcas. Acabó con el novillo proporcionándole dos pinchazos y una estocada, que fue lo que necesitó para matarlo. Le concedieran las dos orejas, dando doble vuelta al ruedo, desde donde estuvo sin parar de devolver al tendido las prendas que le eran lanzadas por los espectadores en señal de júbilo.


Anuncio de otro promotor. Fuente: diario ÁreaCon Salvador Mateo “Miguelín IIº”, que toreó a continuación, pasó algo parecido aunque subiendo un peldaño más el escalafón de entusiasmo. Las crónicas hablan que el público se quedó sin aliento de tantos jaleos y olés ante los lances de antología y muletazos de categoría superior que observó. A pesar de los dos pinchazos y el remate por el puntillero, los pañuelos ondeando obligaron a la presidencia a premiarle con dos orejas y rabo, dando tres vueltas al ruedo.
Y en la segunda parte del mismo espectáculo, actuaron “Los Tenorios Taurinos”, haciendo desternillarse al público con sus engañifas al bóvido a través de payasadas gimnásticas saltando por encima de la res. Cortaron una oreja del astado al final de la pugna. Y cerró el acto, “El Chiclanero”, de nombre Villanueva, con un novillo que salió manso, dando la vuelta al ruedo.
Hasta aquí, lo que ha dado de sí, entre lo futbolero y lo taurino, estos papeles que afortunadamente para la historia local de Jimena han caído casualmente en mis manos.

Ignacio Trillo

16 de septiembre de 2015
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