La Comunidad de Regantes del Tesorillo, de manera alguna estamos ni PODEMOS ESTAR JAMAS en contra de una modernización en las infraestructuras hidráulicas de la zona regable del valle del Guadiaro por supuesto en San Martín del Tesorillo.
Somos los únicos agricultores, me atrevo a decir, que en toda la geografía española existen todavía canales de tierra construidos en el año 1.879; lugar de conducción de agua donde el desperdicio ronda el 50 % donde la inversión anual se cifra en varios miles de euros para quitar el barro y demás intromisiones cuando nos acompaña abundantes lluvias y arrastre de los arroyos.
Hay que decir que la peor parte se la lleva el Canal de Pacheco con un recorrido de 17 kilómetros atravesando los términos municipales de Casares y Manilva en la provincia de Málaga y San Roque en Cádiz donde concluye. Históricamente su aportación final estaba destinada para alimentar la conocida Charca de Torreguadiaro, lugar protegido que fue restaurado hace unos años por la propia Agencia de Medio Ambiente. La insensatez y no menos despreocupación de propios y extraños, dieron lugar para que el sobrante del canal haya quedado interrumpido por un atasco en las inmediaciones de la autovía A-7 antigua carretera nacional 340 Cádiz-Barcelona algo ajeno a la Comunidad de Regantes.
El canal de Esparragal data del mismo año si bien en la década entre el 70 al 80 la extinguida Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (I.R.Y.D.A.) canalizó gran parte de los 14 kilómetros de recorrido dejando algunos tramos con tubos de cemento aún así y todo no se descarta un desperdicio de un 20/30 %. Este canal comienza en el término de Casares y termina en el de Jimena de la Frontera para llegar al río Hozgarganta donde vierte a veces el sobrante.
El verano que acaba de finalizar ha sido un ejemplo más que suficiente como para darnos cuenta de la importancia que las obras de modernización son fundamentales e imprescindibles; máxime si valoramos el coste económico como consecuencia del consumo de gasóleo para extraer el agua de los pozos subterráneo, que se añade también el alquiler de grupos generadores de energía eléctrica.
Pero donde está lo injustificable diría yo; una inversión millonaria a tres bandas; Gobierno Central Junta de Andalucía y donde el bolsillo del agricultor se va a resentir implacablemente, es un atrevimiento que hasta ahora no se había quizás tenido en cuenta, al menos por los regantes de la zona baja del Guadiaro; nosotros no lo habíamos valorado en toda su extensión; las ultimas directrices obligarían a las Comunidades poner el 20 % del total del proyecto para que a la postre nos falte lo más importante EL AGUA.
El resultado económico de signo muy negativo que proximamente se dará a conocer ha demostrado que la falta de agua es el caballo de batalla de todos nosotros; año o ciclo de sequía como el 2.015 es el ejemplo mas que suficiente de que sin una regulación en nuestra cuenca la modernización no deja de ser una ruina para los regantes que ultimamente cogen agua del río Guadiaro.
El bombeo con extracciones de este verano ha generado un gasto superior a los 40 mil euros; esta desorbitada cantidad se repetirá cada vez que un año de sequía lo propicie
Las extracciones de agua superficiales, como el otro medio al que ya he apuntado anteriormente, tomando el agua por su propio peso hasta los canales ha quedado supeditado al buen criterio de los responsables del órgano competente Agencia Andaluza del Agua. Al día de hoy la petición cursada al organismo de cuenca (Cuenca Mediterránea Andaluza) Agencia de Medio Ambiente, prohibe tajantemente a la Comunidad de Regantes retener el agua en el río y desviarla a los canales.
La construcción de un pantano cuyos preliminares están demostrando la importancia que conlleva es la solución de toda la zona intermedia y ultima de los regantes del río Guadiaro. Este embalse en las inmediaciones de San Pablo de Buceite con capacidad prevista a su terminación podría embalsar algo así como 70 hectómetros cúbicos de agua cuyo enclave comienza en el término de Jimena y concluiría en el de Gaucín; río GIBRALMEDINA como afluente del Guadiaro.
La zona intermedia toda ella dentro del término de Jimena son agricultores no censados ni en la Comunidad de Regantes de San Pablo ni de Tesorillo, reunen algo así como 500 hectáreas de tierras con sus correspondientes concesiones de agua con propuesta de un aumento del 30 % y lo más significativo con la constitución de posible Comunidad de Regantes.
La Comunidad de Tesorillo tiene igualmente concesión histórica para tomar el agua desde el río y repartirla entre 400 agricultores que fertilizan 700 hectáreas. Las previsiones tras la modernización y, la seguridad de agua, estaría condicionada a llegar hasta 1.200 hectáreas cuya propuesta ha sido concensuada en un primer término para elevarla a los órganos decisorios de la Consejería de Medio Ambiente ; Agencia Andaluza del Agua, Un ambicioso proyecto para atender nuevas iniciativas de cultivos.
Estas nuevas plantaciones que en los últimos años vienen dándose como sustitutos de los cítricos, los regantes asqueados de la ruin y no menos miserablerentabilidad, no les ha quedado otro remedio que trasformar sus tierras sustituyéndolas por el aguacate, granados o alfalfa entre otras.
Hablando de los cítricos a muchas personas les pueda parecer escandaloso como el kilo de la naranja para la industria, mercado del zumo, en ningún momento al agricultor le quedan dependiendo de la variedad entre los 0,07 a los 0,14 céntimos de euros el kilo, a lo que habrá que descontar gastos de gestión y manipulación.
Para que todo esto culmine con el éxito apetecido la necesidad sin cortapisa de ningún genero es la disponibilidad del recurso estrella EL AGUA
Ahí estamos y contra viento y marea este objetivo estamos dispuesto llevar a cabo. Lucharemos para que la Ley se haga cumplir. A la institución que le sea encomendada Central o Autonómica, no cejaremos en nuestro empeño para que lo hagan.
La modernización por la que hemos luchado ambas comunidades al final ha quedado claro que ni el Gobierno de la nación ni la Junta de Andalucía han puesto el interés que se merecía para que antes del 2.014 hubiesen comenzado: ¿de quien es la culpa? al parecer según ellos de ninguno. Lo cierto es que estamos a punto de concluir el 2.015 y nadie dice esta boca es mía. Reuniones si que se han pedido, las cuales por diversos motivos ajenos a la buena disposición de los responsables de los regantes no ha faltado.
Bajo el punto de vista de la Comunidad de Regantes de Tesorillo, sospechamos que los responsables de todas las instituciones políticas participativas en el proyecto han creído conveniente, cosa lógica de entender, contar primero con la materia prima EL AGUA.
Martin Blanco
