Que España es una democracia debiera quedar reflejado en su Constitución, en este caso la de 1978. Pero esto no es así. La palabra democracia no aparece en ningún artículo, sin embargo monarquía sí que consta una vez, el rey es nombrado 42 veces, el príncipe cinco y la reina 2 (la princesa no existe y los ciudadanos tan solo 18 veces se ven reflejados con este término).
Respecto a las diferentes identidades, la palabra español se repite 44 veces, vasco 2, canario 1 y el resto están apagados o fuera de cobertura (castellano se puede encontrar una sola vez, aunque haciendo referencia al idioma oficial)
La riqueza tiene tres entradas y la pobreza no se encuentra.
De trabajo se habla en 6 ocasiones, de la vivienda 3, de la educación 5 y de la salud 4 (si se busca sanidad, ésta se reduce a tres entradas). La jubilación brilla por su ausencia y sólo una vez se mentan las pensiones.
Respecto a los derechos humanos sólo se puede leer una vez, contra dos veces que aparece el término privilegios o las nueve que tiene la palabra obligaciones.
Esta Constitución se aprobó en referéndum por el voto a favor de una gran mayoría de la ciudadanía, término que no existe en todo el texto, y salió adelante por el ansia de escapar por fin de una dictadura sangrienta y genocida.
Tal vez estemos tardando demasiado tiempo en cambiarla y adaptarla a la realidad en la que vivimos.
Nota de prensa de Confluencia Plataforma Ciudadana