Made in China ... por Rafael Fenoy


Los productos fabricados en la China de 1970 estaban fabricados en madera, cuerda, palillos o telas. Abanicos de maderitas, con telas muy finas, pintadas de manera rústica, cerillas que costaba encender, cajitas de madera pequeñas con cierre de latón dorado, paipay de mango de latón negro, plegables en papel…
La compra se asemejaba a un acto de solidaridad, que ayudaba a misiones humanitarias en un inmenso país, con 800 millones de personas, que pasaban muchas penurias. Esta población ha pasado, en menos de 50 años, a los 1400 millones y sigue creciendo. El panorama económico es otro, muy, pero que muy distinto. Un dato: de 3 millones de millones de dólares, un trillón en USA, en 2010, el volumen de exportaciones ha crecido, en menos de 5 años, a 4.3 trillones (USA).
La República Popular China desafía la tradición política y económica, mostrando al mundo que en el seno de un régimen político comunista puede desarrollarse el más salvaje capitalismo, conocido hasta el momento, haciendo trizas, de paso, un siglo de teorías marxistas.

Y es fácil de entenderlo, ya que los comunismos históricos se empeñaron, sin conseguirlo, en eliminar sólo una de las dos esenciales dialécticas que hacen profundamente injusto al Capitalismo: la de explotador-explotado. Ningún comunismo ha abordado la más importante contradicción que se desarrolla entre dirigente-dirigido. De hecho el comunismo histórico ha fracasado, precisamente porque, lejos de eliminar esta contradicción, la ha elevado a su más alta expresión, sometiendo a la población a los dictados del partido que gobierna.

 Vuelta a lo real. La inauguración, en un lujoso local de la Gran Vía madrileña, de una muy conocida empresa dedicada a la venta de ropa. El edificio es impresionante, grandes escaleras de mármol blanco, tipo palacio de la opera, un espacio central enorme, totalmente diáfano, a modo de patio que da vista a los cuatro pisos de balconadas, con pantallas de video gigantes emitiendo anuncios constantemente… Entretiene mirar con detenimiento las etiquetas de las prendas, ya que aporta un conocimiento insospechado. Bastante “ocultas” en su interior, impresas en múltiples idiomas y en letra tan pequeña que, de verdad, ni con gafas es posible leerlas. No obstante a fuerza de paciencia se podía encontrar donde estaban fabricadas.

Parece una exageración pero la indagación fue contundente: de 23 prendas de distinto tipo, 22 estaban fabricadas en China y una sola en Bangladés. La empresa se dice que es europea, pero casi todo lo que vende es asiático, especialmente Chino. ¿Cómo el pequeño negocio puede sobrevivir, si la población compra masivamente en estas grandes superficies comerciales? ¿Tiene eso mucho o poco que ver con la situación de desempleo que vivimos? El 20 de diciembre se vota. Se supone que es para mejorar este país. PODEMOS, comenzar comprando, lo que necesitamos, que haya sido fabricado aquí. Un voto decisivo es tu compra diaria.

Y si lo de aquí es algo más caro, que no tiene por qué serlo, piensa que todo cambio a mejor exige algún sacrificio.
 Fdo. Rafael Fenoy Rico

17 de diciembre de 2015
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