Cuando un periodista le preguntó a Baroja si creía que sus más de cien novelas habían influido mucho en la vida española, don Pío se ladeó su bisoñé de paño y le dijo: «mire usted, eso es como escupir en el mar».
No parece que extremara su pesimismo antropológico el gran don Pío, que sigue publicando después de muerto y por lo tanto continúa escribiendo, ya que un libro sin lectores reside en el limbo.
¿A qué llamamos influencia?
Hay quien influye sólo en las personas influyentes, aunque no hayan sido sus contemporáneos.
El ‘Yo acuso’ de Zola modificó muchas situaciones y ‘Muerte de un viajante’, de Miller, cambió la Seguridad Social, que no existía para ellos, en Norteamérica.
Digo esto porque la novela del escritor valenciano Rafael Chirbes, nacido en Tabernes de la Valldigna, puede hacer que disminuya el número de sinvergüenzas y de especuladores.
‘En la orilla’ es en un relato duro, pero no más que la pantanosa vida de muchos de sus protagonistas. Vivamente la recomiendo a todos los que no tengan ocupado todo su tiempo en oír en la tele la retahíla de proyectos de sus políticos favoritos, si es que los tienen, o de los más odiados, que a estos jamás les falla la clientela.
‘En la orilla’ es en un relato duro, pero no más que la pantanosa vida de muchos de sus protagonistas. Vivamente la recomiendo a todos los que no tengan ocupado todo su tiempo en oír en la tele la retahíla de proyectos de sus políticos favoritos, si es que los tienen, o de los más odiados, que a estos jamás les falla la clientela.
Hacía algún tiempo que no me estremecía tanto una historia tan real como imaginaria donde comparecen buenos, malos y peores.
El protagonista es la codicia, pero todos están revueltos en el fango y la pestilencia nos llega a los que vivimos en las más apartadas orillas. ¿Quién ha dicho que leer novelas sea una evasión? A veces es una inmersión en la putrefacta piscina que tratamos de esquivar, no vaya a ser que con tantas zambullidas nos salpique el agua corrompida.
Antes, no sé cuándo, era «útil y humilde y hermosa y casta».
No es probable que acumulemos la cantidad de detergentes para dejarla como nueva después de las elecciones, que están al caer.
Ojalá nos pille a todos de pie, porque la vida va a seguir.
Manuel Alcantara.
