Los antisistema son más numerosos que los sistemáticos y en este año que empieza se disponen a decir «no» a todo lo que se les proponga, incluso si les ofrece lo contrario. Pedro Salinas, que era un gran poeta, que se enamoraba todos los miércoles de una discípula, tuvo la adversa suerte de coincidir en el tiempo con varios poetas geniales, pero nos dejó dicho, mientras daba paseos con su ausencia a su lado, que «un no» da miedo. Todo lo contrario de lo que postulaba aquel exitoso clérigo que recomendó a los adictos a su secta que tuviesen el valor del «no», quizá para que les fuera más dificultoso recobrar la antigua verdad. Lo cierto, que siempre es inseguro, es que amhdecirde verdad,que « sino no» está cada vez más de moda y ya sabemos, no por los místicos por Coco Chanel, que moda es todo lo que puede pasar de moda. «El no» de la CUP condena a Artur Mas a irse de una puñetera vez o a convocar nuevas elecciones, a ver si sale algo que le convenga. Hemos descubierto dos cosas: que no nos gustan los que salen elegidos en las urnas y que nos encanta poder elegirlos.
Pablo Iglesias, que sin duda comparte su atractivo con el que siempre han ejercido los abismos, acusa a Susana Díaz de ser la aliada del PP en el PSOE. Los eventuales cómplices se llevan fatal. Cada uno culpa al otro de que su visión de España está distorsionada, ya que unos la ven doble y otros no ven nada. Buscar en España una respuesta unitaria es más difícil que buscar una aguja en un pajar, pero no hay que desanimarse, ya que lo verdaderamente dificultoso es encontrar un pajar dentro de una aguja. Las aguas bajan turbias y tenemos la esperanza de que ellas aclaren, porque el glorioso verano sigue camuflándose de invierno y ni los calendarios son de fiar. Lo peor de nuestra clase política es que jamás haya ido a clase para aprender algo de lo que llamamos historia. Nadie mira atrás, al inmediato pasado. No quieren romperlo, pero se conforman con romper relaciones.
Manuel alcantara
