Hoy me he reunido con el ciudadano Felipe Sesto para presentarle mis líneas rojas, puesto que las blancas ya me las metí hace tiempo.
Lo primero que le he planteado ha sido, que si él quiere seguir siendo jefe del Estado, debe estar a la altura del resto de la ciudadanía, para lo cual es imprescindible hacer recortes, bien sea por las rodillas o por el gañote, a lo que me ha respondido que, no siendo ya el príncipe azul, debe consultarlo con la ciudadana Leticia, que es quien manda.
Segundo, le he transmitido que yo para ser feliz quiero un camión, y él, un tanto triste me ha contestado que lo siente mucho, que sólo tiene vehículos de alta gama y que no volverá a ocurrir más.
En tercer lugar le he exigido que Marcelo sea quien esté al frente del gobierno, para asegurar la plaza de aparcamiento del señor Jorge Fernández Díaz y dejarlo allí junto a todas sus vírgenes. Por su parte él prefiere que sea Manolo, ya que Celia Villalobos tiene muy mala leche y es capaz de pegarle todos los piojos de su tablet.
Llegado a este punto me ha preguntado que si yo no pasaba frío por no llevar corbata, pero es obvio que yo, que vivo en un mundo bolivariano en una perpetua primavera, haría el ridículo si utilizase ese complemento con el chándal venezolano, pero que intentaría complementarlo con zapatos de tacón de aguja.
Hemos estado de risas campechanas durante largo rato hasta que ha llamado el president desde Radio Flaixbac y muy amablemente me ha invitado a abandonar sus estancias palaciegas.
Y esto ha sido todo. Nos hemos despedido hasta pronto y ahora me encuentro aquí solo y esperando a los medios para la rueda de prensa.
Salud y Res publicae.