De nunca me gustaron las parodias, que los humoristas o muchos de ellos hacían o continúan haciendo, sobre las personas de los pueblos, a lo mejor porque me sintiera aludido.
El que menos el difunto Juanito Navarro, quePARA

No hay que irse muy lejos, en una urbe cercana a nosotros, nos llaman catetos o paletos, los pobres ignorantes.
Es de justicia reconocer que en los años cincuenta y hacia atrás, las diferencias sociales, culturales, etc.,ENTRE

PERO

La mayoría de esos catetos, triunfaron, a base de mucho trabajo y muchos esfuerzos, prosperaron, adquirieron propiedades , dieron estudios a sus hijos, los cuales continuaron engrandeciendo los éxitos de sus padres, consiguiendo una calidad de vida más que aceptable.
Porque digo todo esto, simplemente porque he nacido, me he criado y vivo en un pequeño pueblo. Donde la gente se saluda por la calle. Si algún problema grave te acucia por seguro que algún vecino te echará una mano. Todos nos conocemos y aunque le demos a la sin hueso, a laHORA

Me siento orgulloso de ser de pueblo, si volviera a nacer pediría hacerlo donde vine al mundo, si no fuera viable al menos en uno de ellos, a ser posible no muy grande.
No utilizo con destreza la pala para el pescado, no pelo las gambas con los cubiertos, como el pollo o las chuletas de cordero con las manos. Si voy a un restaurante y me ofrecen la carta de vinos, es como si me entregaran el Código de Hammurabi en versión original.
Saludo a viva vozCON


Claro que muchos presuntos catetos, nacidos en localidades recónditas de nuestra geografía, son personajes celebres en las letras, las ciencias, las artes, el deporte.
SirvaESTE


Pacurro