En EEUU la sabiduría convencional promovida por el
establishment político-mediático del país, y que se reproduce a través de los
mayores medios de información, está descubriendo que algo falla en su análisis
de la realidad de aquel país. Por un lado ha estado informando que la economía
bajo la administración Obama ha estado funcionando muy bien, pero que muy bien.
Se subraya que el sector privado ha ido creando puestos de trabajo –un total de
14,4 millones- año tras año, durante 73 meses seguidos. La tasa de desempleo,
que era de mucho más del 10% de la fuerza laboral cuando Obama inició su
mandato, ha bajado a un 5%, una de las más bajas que se haya conocido en los
últimos treinta años…
No es la revolución digital lo que crea el
precariado, sino el debilitamiento de la clase trabajadora
En realidad, la calidad (estabilidad y nivel salarial)
de los puestos de trabajo ha descendido marcadamente (una situación semejante
está ocurriendo en España). Y como también ocurre en España, tal situación se
atribuye (erróneamente) a la mecanización de los puestos de trabajo y a su
digitalización. Se repite constantemente (y, de nuevo, erróneamente) que la
clase trabajadora manufacturera creada por la revolución industrial está siendo
sustituida por el precariado, resultado de la revolución digital, ignorando que
no es la revolución digital la que crea el precariado…
Es cierto que, en contra de lo que ocurrió en la
Eurozona, el Presidente Obama invirtió un 1% del PIB anual de EEUU, 1,4
billones de dólares en su estímulo económico, lo cual aminoró la Gran Recesión.
Y ello explica que la economía se recuperara antes y sus indicadores fueran
menos negativos que en la Eurozona, donde los talibanes neoliberales continúan
gobernando…
En España, afortunadamente, este rechazo lo están canalizando nuevas fuerzas políticas, como En Comú Podem, En Marea, Compromís o Unidos Podemos, que están desarrollando alianzas de que se expanden a otros estamentos sociales, las cuales pueden llegar a alcanzar suficiente base social y electoral para permitir un cambio profundo en el país en dirección progresista.
En España, afortunadamente, este rechazo lo están canalizando nuevas fuerzas políticas, como En Comú Podem, En Marea, Compromís o Unidos Podemos, que están desarrollando alianzas de que se expanden a otros estamentos sociales, las cuales pueden llegar a alcanzar suficiente base social y electoral para permitir un cambio profundo en el país en dirección progresista.
Artículo extraído de Publico.es
Recomentado por José Cabrera Sánchez