No
es por el tiempo litúrgico y sí por el tiempo político consecuente. Y es que hay que
recordar aquello que, en el inconsciente colectivo desde la más tierna infancia,
fue grabado, a fuerza de repetir y repetir, historias contadas oralmente en el seno de
culturas casi iletradas y ancestrales. Sobre todo las personas de cierta edad, han oído y no
una -sino múltiples veces- sentencias, parábolas, narraciones de sucesos…
relacionados con la religión católica.
El
título de este texto ilustra una de estas sentencias que Jesús de Nazaret
pronunciara, según el evangelio de Mateo o de Lucas (Mt 7:15 o Lucas 6:44) y el suceso de la liberación del
criminal y ladrón Barrabas, también narrado por varios evangelistas.
En
la primera de ellas se dice “Por sus frutos los
conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” Buen consejo para poder establecer quién es
quién. Porque “Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da
frutos malos.” Y es relativamente fácil, en el ámbito doméstico a salvo de las
grandes macro cifras, de los análisis ininteligibles y de los malos agoreros, valorar
los buenos o malos frutos obtenidos de las políticas desarrolladas hasta el momento.
Y una vez valorado “Todo árbol que no da
buen fruto, es cortado y echado en el fuego” y para no equivocarse “por sus
frutos los conoceréis.” Como estaba Vd y
como está. Esa es la prueba del algodón. Hay mejoría o no la hay, porque tiempo
han tenido. Ya que el tiempo electoral es tiempo de valoración sobre todo lo bueno o
malo que se ha recibido, que se ha padecido o beneficiado, por parte de quienes fueron elegidos para hacer políticamente
grandes cosas, al menos eso prometieron.
La
segunda parte del título evoca una desafortunada elección. Porque es tiempo
también de contemplar a los que roban,
tal como lo recoge Mateo 27: 1, porque “cuando ellos se reunieron,
Pilato les dijo: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás o a Jesús, llamado
el Cristo?” ¿Alguien hubiera apostado por Barrabás? Declarado culpables de homicidio (Marcos 15,7; Lucas
23,19); probada su actividad de
bandolero (Juan 18, 40); y en cualquier caso ((Mateo 27, 16) “un preso famoso”. La oferta de Pilatos
aparecía claramente favorable a Jesús, el manso, el justo, el anunciador del nuevo
futuro, de una mejor vida. Ya que “competía” frente a un criminal, de
sobra conocido por el Pueblo, condenado a muerte.
Pero ¡eh aquí! que en último momento y acuciados los
votantes (perdón los allí reunidos) por las arengas publicitarias entonadas por unos cuantos de ¡Libera a Barrabas, muerte al nazareno¡, las sencillas
gentes van y contra todo pronóstico, contra toda racionalidad, VOTAN para que
salga elegido el criminal ladrón convicto y confeso. ¿Como un pueblo puede
beneficiar a un ladrón con su voto?
El 26 de junio hay oportunidad de apartar los malos frutos y, de paso, condenar en las urnas al Barrabás de turno, para que al menos por una vez sirva de precedente.
El 26 de junio hay oportunidad de apartar los malos frutos y, de paso, condenar en las urnas al Barrabás de turno, para que al menos por una vez sirva de precedente.
Artículo de Rafael Fenoy Rico