Este fin de semana hemos visitado (entre otras cosas) un precioso monasterio que está perdido, pero que muy perdido en la sierra madrileña, desde sus patios, balcones, escalinatas o huertas,
solamente se divisan altas montañas cubiertas de pinos, de una belleza extraordinaria, y si bello es el exterior, el interior del monasterio es una verdadera maravilla. Antiguamente era gestionado por frailes cartujanos y en la actualidad lo habita una pequeña comunidad de frailes benedictinos, cuyo lema es ORA ET LABORA Y su misión es la de cuidar tanto el interior como el exterior del monasterio, así como el de atender a las visitas, que como nosotros en esta ocasión
nos acercamos a conocer esta maravilla.
Pues bien, uno de esos frailes es un JIMENATO, lleva allí unos tres
años y al que por supuesto no nos esperabamos para nada encontrar en
tan recóndito lugar, pero él tampoco se imaginaba que el sábado por la
mañana entre un grupo de visitantes se iba a encontrar también con dos
jimenatos, nosotros. Y de verdad que nos demostró su emoción y
alegria, después de nuestra visita guiada, él siguió mostrandonos lo
que otras personas no pueden ver, como la casita de descanso que está
junto aql estanque, las huertas, la cocina (por fuera) y el edificio
de las celdas donde ellos duermen, y nos decía .....- Aquella ventana,
la que tiene la teja, es la mia, y allí pongo el portal de Belen en
Navidad .
No paraba de decir... ¡ Que alegría de veros!. Y que él sabe de
Jimena además de por su familia, por tiojimeno. Tambíén nos pidió
miles de veces que le dieramos muchos recuerdos a todos sus paisanos,
asi que ya lo sabeis muchos saludos y recuerdos de vuestro paisano
Juan Jose Rondon.
Eloisa Trancoso
¡Que pequeño es el mundo!... por Eloisa Trancoso.
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