El que fuera miembro del cuerpo técnico del Club Baloncesto Ciudad de Algeciras durante cerca de diez temporadas, Juan Diego Gudiel, más conocido como Juandi, perdió el pasado domingo la vida tras precipitarse de la terraza de un ático de la urbanización Mirador de la Bahía, justo detrás del centro comercial Puerta de Europa. Fue mientras celebraba el gol de Iniesta ante Holanda y que supuso el primer Mundial para España.
Juandi se había ido a casa de su primo a ver el partido de la final del Mundial de Suráfrica. Había en la vivienda más de diez personas entre familiares y amigos. En el minuto 116 marcó el albaceteño y salió afuera a festejarlo. Después de ese momento de euforia entraron a ver la repetición y fue cuando lo echaron de menos. Lo buscaron incluso en el cuarto de baño. Nadie lo había visto caer desde la cuarta planta. Luego ya se dieron cuenta de que estaba en el suelo de la terraza del primero, que en ese momento se encontraba vacío y que aún no está habitado. Murió en el acto.
El incidente tuvo lugar pasadas las 23:00 horas. Hasta allí acudieron efectivos del Cuerpo Nacional de Policía de Algeciras, la Policía Local, los Bomberos y el 061. Los 8 bomberos facilitaron el acceso a los servicios sanitarios de Emergencias. El problema es que el espacio donde se cayó estaba cerrado. Minutos después el dueño lo abrió.
El Cuerpo Nacional de Policía se ha hecho cargo de la investigación y ayer mismo le fue practicada la autopsia. La principal hipótesis es que perdió el equilibrio al no medir bien las distancias o al resbalar. Algunos vecinos apuntaban ayer a que pudo ser al agitar una bandera de España o al soplar una trompeta. Ayer por la tarde fue velado en el tanatorio situado en la Cuesta del Rayo, donde hoy a las 11:00 horas se celebrará una misa por su alma. Una hora después será incinerado.
El mundo del deporte de la ciudad estaba ayer consternado porque Juandi, de 33 años, soltero y que tenía dos hermanos, estuvo muy ligado al baloncesto y al fútbol. Llegó a jugar en el Algeciras juvenil y también entrenó a varios equipos de fútbol de la base de la ciudad. De hecho ahora estaba haciendo sustituciones en el colegio de Los Pinos. Era socio y abonado albirrojo. Su etapa más prolongada la pasó en el Ciudad de Algeciras, donde era uno de los encargados del equipamiento y uno de los ayudantes y hombres de confianza de José María Contreras, el delegado.
El entrenador de baloncesto Javier Malla, con el que guardaba una estrecha amistad, lo definió ayer como una persona muy campechana. "Era muy bueno, siempre tan servicial, tan dispuesto. Era muy cariñoso con todos y siempre estaba al pie del cañón". Parecidos recuerdos tiene Juan Arrabal, que fue directivo del club de baloncesto durante numerosas temporadas. "Era muy querido y servicial. Todos los jugadores lo apreciaban".
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