¡Por fin lo lograron!
Día tras día, tarde tras tarde, noche tras noche, los idiotas de siempre se han empeñado en destruir el 'parque de mayores' (donde se ven muy pocos mayores, por cierto) que hay debajo del centro de día de los pensionistas (y detrás de mi casa). A pesar de cierta vigilancia por mi parte y aparentemente ninguna por parte de las autoridades - e incluso de regañetas de mi parte que solo atrae increpancias y peligro- han logrado romper de cuajo uno de los aparatos de ejercicio.