Poco a poco, desde hace unos años, estamos asistiendo a un retroceso en el que de nuevo el fanatismo se está haciendo dueño en estas agrupaciones que son tan importantes y necesarias para el bien común, donde no se aceptan críticas. Y esto está pasando en todos los estamentos sociales: religioso, político, social e incluso deportivo. Siempre han existido grupos totalitarios y extremistas eternamente en discordia: Fascismo y Bolchevismo, República y Monarquía, Nacionalistas y separatistas, izquierdas y derechas, etc.… si lo trasladamos al deporte, tenemos equipos siempre enfrentados más allá de una simple discusión: Barcelona y Real Madrid, Betis y Sevilla, Barcelona y Español, etc. Los españoles que siempre hemos sido muy extremistas nos sentimos a veces obligados a tomar partido por uno u otro bando, pero yo reivindico la grandeza del NO PERTENECER, ya sé que es difícil pero te da la posibilidad de verlo todo desde un punto de vista más objetivo, sin tener que defender y sin estar cegado por la pertenencia a un grupo en concreto. Ese pertenecer a algo es inherente al ser humano, le da seguridad, se sienten arropados y defendidos por el grupo y el pensar que estar en medio sin posicionarse a un lado u otro les crea miedo pues siempre se dijo que estar en medio de una trifulca o mediar en ella te traería problemas y te llevarías los palos de ambos lados. Sin embargo a lo largo de la historia vemos que fue posible convivir en paz durante siglos moros, cristianos y Judíos, en ciudades como Córdoba, Granada, o Toledo aún siendo reinos importantes. En política, en tiempos de La República, vemos como convivían, habiendo una pacífica alternancia en el poder entre izquierdas y derechas. En deportes cuando la selección española lo necesita, jugadores de diferentes equipos en discordia se unen para jugar su partido sin problema ninguno. A pesar de todo ello se palpa el borreguismo, y es peligroso porque esclaviza y coarta la libertad de opinión, que a veces es tan necesaria, pues como dijo Gumersindo: “las leyes han de ser ciegamente obedecidas pero también han de ser libremente criticadas”. Estos grupos que te menosprecian convirtiéndote en un borrego sumiso sin libertad de expresión ya sean políticos, religiosos, deportivos, sindicales, etc. Siguen a un líder y lo defienden a ciegas por el simple hecho de pertenecer a su organización, aunque lo que diga ése líder sea indefendible. Ninguna religión reconoce los crímenes contra la humanidad que han cometido en nombre de su Dios. Y cómo algunos religiosos siguen unos dogmas de fe con los que no está de acuerdo por que su religión se lo exige para poder seguir permaneciendo en ella. Vemos a diario cómo bandas asesinas “lamentan pero no condenan” los crímenes que han cometido, y algunos de sus miembros tienen que callar por que la cúpula de esa organización no les permite hacer ningún comentario en contra de los hechos, aunque gran parte de ellos no estén de acuerdo. La afición deportiva que no quiere alabar la jugada tan inteligente y técnicamente perfecta que hizo tal jugador aunque ello haya supuesto el gol para su equipo y vocifera, ¡ ha sido fuera de juego!, ¡ ha sido falta!. Los Sindicatos que luchando por los derechos de los trabajadores, prolonga una huelga insostenible para empresario y trabajador, obligando a éste, con piquetes informativos a secundar esa huelga, ataviados con palos, y megáfonos aunque éste quiera trabajar. Yo digo NO AL FANATISMO en general, nunca me sentí representada con ningún grupo político, no quiero que me encasillen en ninguna agrupación, me siento libre para alabar o criticar, en definitiva a opinar. Por eso siempre huí de asociaciones y sindicatos; y mientras yo huyo de agrupaciones, la gente tiende a asociarse por que la unión hace la fuerza, eso dicen…y está muy bien unirse para hacerse oír y alcanzar un bien común. Sin embargo también es posible hacerse oír y luchar sin la pertenencia; el ejemplo más cercano lo hemos contemplado atónitos cuando miles de indignados se comunicaban por Internet se organizaban y se manifestaban pacíficamente, por toda España y han luchado presentando propuestas. Sin estar integrados en ningún grupo que lo cobije, ésta juventud que parecía anestesiada, pasiva y casi dormida, ha despertado y se han unido para luchar contra el sistema, sin sentirse representados por ningún partido, los políticos no han tenido más remedio que oírles y tomarlos en serio, escuchar sus propuestas y contemplar algunas en sus programas electorales; ¿No es fabuloso?, ellos han demostrado que se puede luchar y unirse sin la presión de los ideales del grupo que te representa, sin obedecer directrices de una cúpula, por eso tengo esperanza en que sepamos ver el peligro, aguantar las opiniones, escuchar los consejos y ser tolerantes, porque: Es posible la convivencia pacífica si no hay fanatismos. Es posible el diálogo si hay tolerancia y respeto. Es posible una sociedad donde la alternancia política sea normalizada evitando así la tiranía que conlleva el abuso del poder. Es posible pertenecer a algún grupo y luchar con ellos por unos ideales, sin dejar de ser objetivos, reconociendo errores. Pero hay que reconocer que también es posible luchar desde tu individualidad, libres sin ser coaccionados. Así yo, que soy inconformista por naturaleza, me siento parte del TODO sin ser parte, de una parte de una sociedad que a veces considero FANÁTICA. Maribel Sánchez
