CÓMO ÉRAMOS: ADOLESCENCIA, SCOUT Y MÚSICA
Segunda parte de "Los boys scouts y los soñadores de Jimena"
Tras el relato que escribí sobre mi primer contacto en la infancia con el cine, a través del rodaje de la película que se rodó en el gaditano pueblo que me vio nacer, Jimena de la Frontera, lectores y sobre todo paisanos del pueblo, me animaron a publicar otras pinceladas autobiográficas de esa infancia-adolescencia que transcurrió en tan bello lugar enclavado en el Parque Natural de Los Alcornocales.
Sirva aquí una segunda entrega, cuya primera parte escribí en la revista digital "Tio Jimeno" (vease AQUI ) con la promesa de llegar a la trilogía con la siguiente que relate.
SEGUNDA PARTE :
En ésta, acontecen los primeros pinitos asociativos que emprendí, en aquel entonces ligado al senderismo, la música y los primeros encuentros con el sexo femenino.

Comida
de confraternización de los clubes Boys Scouts y Los Soñadores. De
izquierda a derecha del lector: Ángel Quirós, Juan Ignacio Trillo en el
centro partiendo un filete de carne, mientras Gabriel Menéndez, también
sentado, habla con José Luis Jiménez, otro miembro de “Los Soñadores”
que se encuentra de pie a su espalda.(Foto de I. Trillo)
Hoy esta historia, protagonizada por menores de edad, para los que no la vivieron, puede resultarles simple y fuera de cualquier excepcionalidad, típica de la época.
Para nada. En aquellos momentos representó toda una gesta. Esos pequeños pasos, que algunos de los jóvenes de hoy que no conocieron aquella cerrada sociedad así lo pudiesen interpretar, por el contrario, constituían auténticas epopeyas en un entorno tremendamente hostil para la innovación. Todo se nos presentaba para que lo reprodujéramos, que no podíamos hacer cambiar, con la apariencia de que había sido de idéntica forma durante siglos.

Miembros
de los dos clubes -Boys Scouts y Soñadores- con el padre Martín Bueno y
Francisco Gutiérrez. De derecha a izquierda, de pié: Alfonso Sánchez,
no reconocido, Manolo Barranco, no reconocido, Manolo Gavilán, Manuel
Pajares, Padre Martín Bueno, Ernesto Meléndez, Francisco Gutiérrez, José
Luis Luque, Juan Carlos Gómez, Gabriel Meléndez, Ángel Quirós, Juan
Antonio Gómez. Agachados: Juan Ignacio Trillo, Antonio Sabau, Juan
Parra, Miguel Trillo y Sebastián Jiménez (Foto de Juan Parra)
pétreos cimientos de una colectividad tremendamente conservadora, instalada en la rutina de toda la vida, a la vez que íbamos levantando tremendas ampollas en el interior de unas familias que habían sido educadas o resignadas a que nada podía o debía cambiar.
En este sentido, ninguno de nuestros mayores era consciente de que la nueva cultura que se estaba implantando entre la juventud europea, sobre todo en la angloamericana, más tempranamente que tarde, estaba siendo asumida por estos chavalillos de tan serrano pueblo.

Actuación
de los “Beatles de Jimena” en la fiesta fin del curso escolar 1964/65
celebrado en lo que fue el Cine Capitol. De derecha a izquierda y d3
delante a atrás: Juan Carlos Gómez, Miguel Ángel Trillo, José Luis
Luque, Teodoro Zar, José María Macías, Fernando Carrión, Juan Ignacio
Trillo José Antonio Esquivel, Juan Parra,
Pascual Ríos y Antonio Sabau. Foto: I. Trillo
Pascual Ríos y Antonio Sabau. Foto: I. Trillo
Pasado aquel tiempo, hubo de transitar trece años y medio –hasta el cuatro de diciembre de 1978- del inicio de esta historia, para volverme a encontrar con Ramón Vargas-Machuca, de Medina de Sidonia, el seminarista de la guitarra y el que me inspiró fundar los boys scouts en Jimena.

Colegiata de Antequera, 30 aniversario del Pacto de Antequera (04.12.1978) para la autonomía plena de Andalucía
En tan barroco salón reconocí a Ramón, me levanté y me acerqué a saludarle. Estábamos sentados en el mismo bloque de butacas, reservadas para autoridades y representantes políticos. El asombro fue mayúsculo. Ambos al unísono nos hicimos la misma pregunta: “¿Tú qué haces aquí?”.
Ramón, había abandonado el seminario sin llegar a ser cura. Era diputado Constituyente en el Congreso, a la vez que dirigente del PSOE de Cádiz. Yo, secretario provincial del PCE en Málaga. Nos fundimos en un fuerte abrazo.

Ante
la carencia de Instituto de Enseñanza Media en Jimena, me hube de
marchar a estudiar a Madrid, de donde data ya esta foto, a hacer el
bachiller superior e hice el relevo en la presidencia del Club. Foto:
I.Trillo
Ante este relato, esta generación puede parafrasear al otro poeta, igualmente querido, Pablo Neruda, para “confesar que ha vivido”.
En algunos casos, desde el antes y el después a los Boys Souts o a Los Soñadores, hasta la hora en que nos deje de acompañar la existencia o contribuyeron a su constitución.
Posdata. Con este relato pretendo rendir homenaje a los protagonistas de esta historia, todos los miembros de los dos clubes así como a los que los propiciaron o ayudaron.

J
Ignacio Trillo, en diciembre del 2008, visitando los espacios donde
transcurrió la vida del club en el patio del claustro de la iglesia del
barrio de “Arriba”, Nuestra Señora de la Victoria (Foto: Miguel Trillo)
Asimismo, a Juan José Palacios “Tele”, gaditano del Puerto de Santa María, que antes de formarse el otro club musical, “Los Soñadores”, visitante privilegiado de nuestro espacio de ocio, ya había estado, años anteriores, en nuestra caseta municipal en la feria de Agosto tocando la batería del grupo “Los Bombines”, y que, al igual que Fernando, también falleció a la temprana edad de los 57 años, de un infarto de miocardio; como los toreros, en su ruedo, pocas horas después de que finalizara el concierto que el 08.07.2002 había protagonizado, ante tres mil personas, en la sevillana localidad de Lora del Río.
Y con especial dolor y maravillosa evocación, a mi gran amigo, también boy scout, el más entrañable, tenido como un hermano, José María Macías Sánchez, que, tan a temprana edad y más reciente, nos dejó partido el corazón; el mismo órgano que no pudo aguantar más latidos de generosidad, cariño, y entrega, con su pueblo, sus gentes y sus amigos.