Mateo: "La Balona se ha convertido en un sentimiento para mí"


Francisco Javier Mateo, el segundo portero jimenato de la historia de la Balompédica se ha constituido en el nuevo niño mimado de una afición que le idolatra 
El cancerbero se ve disputando su primera fase de ascenso a la Liga Adelante
 Francisco Javier Mateo (Jimena, 10 de agosto de 1990) se ha convertido en el heredero sentimental de Copi para la afición de la Real Balompédica. El guardavallas se ha ganado el cariño de la grada, que pidió su ingreso en el once inicial y que cada domingo hace ver que lo idolatra. A este joven estudiante de Ingeniería Civil -lo que le obliga a pasar muchas horas en la carretera y otras tanta delante de los libros- se le encienden los ojos con sólo hablar de la posibilidad de disputar una fase de ascenso a la Liga Adelante.

El portero asegura que suceda lo que suceda en las cuatro jornadas restantes su balance de este primer año en la caseta del Municipal será "muy positivo" y desvela que el centenario conjunto balono se ha convertido para él en "un sentimiento".

¿Cómo se hace para que una afición se identifique tanto con un futbolista que lleva tan poco en la plantilla como le sucede a Mateo en la Balona?

-La verdad es que no lo sé, no hice nada. Yo me dedico a trabajar y a hacerlo lo mejor posible. No puedo decir otra cosa.

-Pero palpa ese sentimiento dela gente ¿no?

-Si, la verdad es que sí, que siento que tengo el apoyo de la afición. Luego cada uno tendrá sus preferencias, pero es cierto que estoy muy contento y muy orgulloso de recibir ese calor.

-¿Es usted de los que se le va la cabeza cuando oye muchas alabanzas?

-No puedo negar que me alegro, que me llena de orgullo, pero intento estar centrado sólo en lo mío y evadirme en la medida de lo posible de lo que está a mi alrededor, porque si no puedo equivocarme. Yo siempre pienso que puedo mejorar, incluso cuando alguien me dice que lo he hecho perfecto.

-Cuando dio el paso en verano de abandonar el Algeciras para enrolarse en la Balompédica. ¿pensó que acabaría jugando y con el este respaldo?

-Yo venía para eso, aunque sabía que iba a ser muy complicado, porque Míkel [Pagola] es un grandísimo portero y había hecho una temporada muy buena, pero si di el paso es porque me vi con opciones de jugar, siempre y cuando trabajase y estuviese mejor que mi compañero.

-En los cuatro primeros meses, en los que sólo jugó en la Copa contra el Melilla ¿se arrepintió alguna vez de haber dado ese paso? Sobre todo viendo cómo le iban las cosas al Algeciras.

-Yo la verdad es que en el Algeciras no me fijaba, yo me centraba en mí y es cierto que estaba jodido porque pasaban las semanas, trabajaba bien pero no me llegaba la oportunidad. Hubo un momento en el que sí lo pasé mal, pero con el trabajo sabía que en algún momento iba a tener la mía, porque la temporada es muy larga y que entonces tenía que estar preparado para poder aprovecharla.

-Ésa es una de las cosas malas del puesto de portero, que a veces no llega esa opción.

-Sí, bueno, pero yo me decía a mi mismo que sí, que tenía que llegar mi momento y como el míster me decía que estaba trabajando bien...

-Y después de tanto esperar, llega el partido de Cartagena y expulsado...

-Ni me lo recuerde...

-Vaya, de vacaciones a Cartagena no se va a ir Mateo.

-[Sonríe] No, la verdad es que no. Ni al lado de donde viva el árbitro, tampoco. No puedo negar que se me pasó por la cabeza que después del trabajito que me había costado poder jugar habría que ver si el míster me seguiría dando la confianza... o no.

-Y Mikel tampoco se lo puso fácil a Rafa Escobar, porque hizo un buen partido ante el Arroyo.

-Sí, sí que estuvo bien, pero el míster decidió que siguiese jugando yo.

-Como compañero de fatigas de Pagola ¿no cree que a veces se le ha juzgado con excesiva dureza?

-Yo no opino de lo que juzga la gente. Puedo hablar por mí y lo que yo sé es que es un grandísimo portero y una excelente persona, pero ya lo dije antes, cada aficionados piensa de una manera. Es cierto que igual en algún momento se le ha mirado con más dureza de lo normal, pero cada uno es libre de opinar como crea oportuno.

-Sea muy sincero ¿pensó que a estas alturas la Balona iba a estar tan cerca de poder jugar otra fase de ascenso?

-Todo el mundo sabía que era muy complicado repetir lo de la temporada pasada y más después de empezar como empezamos ésta. Nadie daba ni un duro por nosotros, pero el grupo creyó en lo que estaba haciendo, el míster nos guió y ahí estamos, a un punto del cuarto.

-Entonces ¿se ve jugando una liguilla?

-Pues claro. Ojalá que sí. Para eso estamos trabajando. Sabemos que cada partido va a ser una final, pero estamos convencidos de que vamos a conseguirlo.

-Mírelo por el lado bueno, la Balona tiene la ventaja de depender de sí misma a falta de cuatro jornadas.

-Eso es más importante de lo que parece. Muchos equipos quisieran estar en nuestra situación. Pero nosotros no podemos equivocarnos, tenemos que centrarnos en ir partido a partido y no hacer las cuentas de la lechera, que después se quedan en nada.

-¿Sería justo que este equipo no acabase entre los cuatro primeros y que alguien entendiese que eso es un fracaso?

-No sé si llamarla injusticia. Yo soy de los que pienso que si al final no estamos en liguilla será porque no lo hemos merecido, no hemos sido uno de los cuatro más regulares.

-Ya, pero ¿a esta Balona se le puede exigir eso?

-No, en eso estoy de acuerdo. El objetivo era salvarnos y eso ya lo conseguimos, pero también dijimos que no íbamos a renunciar a nada, que lo daríamos todo para alcanzar un sueño. Porque eso es lo que es, un sueño. Y en eso estamos.

-¿Cuántas veces se acuesta pensado 'nos están haciendo muchos goles'?

-Reconozco que sí, que muchas. El domingo... siempre hay una espinita, algo que impide que dejemos la portería a cero. Hay que seguir trabajando y evitar que nos hagan goles. Como sea.

-¿Es consciente de que no es el primer portero de Jimena que juega en la Balona?

-Claro que sí. De hecho Andrés Bascón es la pareja de una prima mía y viene casi siempre al fútbol a verme.

-¿Le dio muchos consejos antes de venir?

-No hablamos mucho del asunto, pero tampoco hacía falta. Yo sabía lo que había en La Línea. La afición es impresionante y basta ver cómo anima en todos los partidos y después el vestuario es una auténtica piña. En mi opinión una de bases de que estemos con opciones es que somos una piña, pero no sólo nosotros, sino todo el club.

-Oiga, me ha dejado pensando, ¿de verdad que no mira cómo va el Algeciras o lo dice por agradar a la parroquia?

-La verdad es que me da igual. Sé que van bien, ahí arriba... me alegro por ellos, porque hay muchos compañeros míos del año pasado. Ojalá que tengan suerte y puedan ascender.

-¿Hay mucho salto de Tercera a Segunda B para un portero?

-Se nota en muchas acciones. Por ejemplo, las faltas, aunque sea en el centro del campo, son jugadas en las que tienes que estar muy concentrado, porque son ocasiones de gol y como te hagan uno, ya vas a remolque todo el partido. Y después te encuentras con jugadores de muchísima calidad, gente que viene de Segunda y la verdad es que sí se nota.

-Ahora que ya estamos acabando, ¿qué significa para Mateo la Real Balompédica apenas nueve meses después de llegar?

-La Balona se ha convertido para mí en un sentimiento. Cualquiera que haya estado en la Balona sabe que para jugar en este equipo hay que sentirlo, porque como te digo es un sentimiento. Todo el grupo, la directiva, los entrenadores, la afición, todo el que está alrededor siente mucho a la Balona y ése es uno de los principales motivos por los que está donde está.

25 de abril de 2013
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