Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo: —Amiga rana, necesito cruzar el río. ¿Podrías llevarme en tu espalda? —No. Si te llevo en mi espalda, me picarás y me matarás. —No seas tonta —le respondió entonces el escorpión—. Si te picase, me hundiría contigo y me ahogaría. Ante esta respuesta, la rana accedió. El escorpión se colocó sobre la espalda de la rana y empezaron a cruzar el río. Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, el escorpión picó a la rana. La rana, al sentir picotazo y darse cuenta de que iba a morir, le preguntó al escorpión: —¿Por qué me has picado, escorpión? ¿No te das cuenta de que tú también vas a morir? A lo que el escorpión respondió: —Lo siento, rana. Es mi naturaleza, no lo pude evitar.
Moraleja:
Aunque el sentido común dicte lo contrario y acabes perjudicando a los que quieres o incluso a ti mismo, no puedes dejar de ser quien eres.
La reina blanca de Tesorillo sabe que su pedanía o entidad local, será suprimida por la Reforma Local (aprobada por su propio partido) si el municipio matriz es deficitario. Por eso, por muy escorpión que sea, no se entiende que la reina blanca hagan tantas denuncias y requiera tanto dinero al Ayuntamiento, porque eso es su suicidio político, tiene que haber algo oculto que no lo llegamos a ver, los que somos simples mortales. Si no hubiera algo oculto, no se explicaría que el esfuerzo que está realizando el Sr. Corbacho para que funcione un Ayuntamiento deficitario como el nuestro, venga una correligionaria y lo tire todo por la borda.
Que haya algo oculto, o no. Seria muy bueno para Jimena y Tesorillo que la reina blanca y el rey negro se sentaran y acordasen que competencias y sus asignaciones económicas correspondientes, deben de tener Tesorillo, para que no ponga en riesgo la sostenibilidad financiera del conjunto de la hacienda municipal y la propia existencia de la ELA de Tesorillo. Para bien de todos, esta partida hay que darla por tablas para que la desaparición de la entidad autónoma no sea por culpa de los mismos jimenatos y así evitaremos más rencor de lo que ya tenemos, si en un futuro nos tocará vivir en el mismo municipio.
E. Alonso
