A estas alturas ya nadie discute que 2013 fue el año de Juego de Tronos y del gran final de Breaking Bad pero entre las grandes series comerciales se coló por la puerta de atrás, como ya lo hizo en su día House of cards,The orange is the new black, una ficción de Netflix creada para las plataformas de televisión que en España se emite en Canal + Series y que ha sabido dar un giro de tuerca al tratamiento femenino en la pequeña pantalla.
Basada en hechos reales, cuenta la historia de Piper Chapman (papel que interpreta Taylor Schilling), una alta ejecutiva lesbiana a la que detienen por un delito de drogas que cometió hace una década y que es recluida en una cárcel de mujeres de Litchfield, Nueva York. En sólo una temporada ha sabido cautivar a la audiencia y ha demostrado que para hacer una serie de mujeres no hace falta que sus protagonistas lleven tacón de aguja ni usen maquillaje; ni tan siquiera que estén al tanto de las últimas tendencias de moda.
The orange is the new black aborda el mundo femenino desde un punto de vista poliédrico. En esta ficción creada por Jenji Kohan, las protagonistas muestran la otra cara de series femeninas de mucho éxito como Sexo en Nueva York o Mujeres desesperadas. En este caso, no hay espacio para mujeres simples y todas las protagonistas muestran un universo con demasiados pliegues y una buena dosis de maldad. En sus guiones apenas hay sitio para los hombres y, si lo hay, estos ocupan un papel demasiado secundario. Kohan ha creado una serie valiente y ha dado un golpe en la mesa para mostrar una realidad que apenas tiene espacio en las series de televisión. Desde la prisión en la que se desarrolla la trama aborda con total naturalidad temas difíciles de tratar en una comedia como el lesbianismo, el abuso de poder, la represión sexual o incluso la corrupción policial. Y todo ello, además, contado sin grandes dosis de dramatismo y tratando el amor entre mujeres en profundidad y no centrándose solo en las escenas de sexo (que también las hay). Con esta serie queda demostrado, sobre todo, que la mujer también puede ser una mala persona.
La segunda temporada de esta serie aún no tiene definida su fecha de estreno, aunque promete seguir dando juego. De momento se sabe que Jodie Foster ha vuelto a dirigir uno de los capítulos, como ya lo hizo en la primera entrega, y que la serie volverá a contar en cuatro de sus 13 capítulos (y no en uno, como se anunció inicialmente) con Alex Vause en el papel de Laura Prepon, la exnovia de Piper que fue la causante de la entrada de ésta en prisión. Además, según anunció Jenji Kohan, en esta ocasión la serie no se centrará tanto en el personaje de Piper Chapman, sino que ahondará también en la vida de otras compañeras de prisión.
En la segunda temporada está también prevista la incorporación de la actriz Lory Petty, conocida por su participación en series de éxito como House o Prision Break, que será una de las nuevas internas del penal.
