Los Secretarios Generales como los Presidentes de los partidos políticos pueden ser elegidos de formas distintas:
DEDOCRACIA. Forma de designar mediante el dedo del líder o jefe, quien va a ser su sucesor y también los jefecillos de la pirámide política. Por supuesto todos aquellos designados juraran lealtad al dedo y nadie se atreverá morder al dedo que le da de comer. Nadie se cuestionará si cumple o no lo prometido a los ciudadanos en los programas electorales, porque solo existe para ellos el dios dedo que todo lo ilumina y engendra. (Forma que lo hace el P. P y otros partidos)
HUEVOS KINDER. Forma que se designa entre varios, a un candidato. Lo pueden hacer mediante delegados en un congreso o de forma directa los militantes.
Por : E. Alonso
El designado puede ser: Neoliberal o marxista, monárquico o republicano, aperturista político o no, preocupado por las cuestiones sociales o no, etc. Una pura sorpresa, “un militante decide votar a uno de ellos creyendo que es próximo ideológicamente a él y luego resulta que es lo contrario”. Es decir que los militantes nombran a su S. G o Presidente y es el partido el que se tiene que adaptar luego a ese militante. Con esta formula no tiene sentido las Conferencias Políticas, los Congresos donde se decide una ideología, cuando al final, será la voluntad del candidato elegido el que marcará el camino a seguir. (Forma que lo hacer IU, PSOE, UPyD y otros muchos.)
Ningún partido tiene la formula mágica de nombrar a sus cargos, sin equivocarse en la honorabilidad de los elegidos. En los Congresos y en las Conferencias Políticas, los partidos de forma directa por los militantes o indirecta mediante delegados, marcan la ideología. Si el militante elegido no quiere aplicar lo aprobado por el partido y quiere imponer su ideología personal en contra de lo que dispone la mayoría, entonces los militantes deben de tener la potestad de sustituir de inmediato a ese militante de ese cargo orgánico. Sin necesidad de lo que dispongan el llamado aparato del partido.
Es cierto que los cargos orgánicos los nombran los militantes, pero es más cierto que los institucionales lo hacen los ciudadanos. Por eso, debería de existir una formula que los ciudadanos tuviéramos en nuestras manos para revocar un cargo institucional, como las tienen los diputados en el Congreso (La oposición tiene la moción de censura y los partidos que gobiernan la cuestión de confianza o moción de confianza). Formula como: Con una cantidad de firmas, los ciudadanos pudiéramos convocar un referéndum para promover elecciones en ese ámbito institucional. (Ayuntamiento, Autonomía, Generales).
El problema de la política; es que los ciudadanos elegimos pastores que nos digan donde tenemos que comer, beber, dormir; cuando lo que realmente se necesita es que sean los propios ciudadanos lo que dispongan y decidan donde hacerlo.
