Pensiones, la punta del Iceberg. ... por Rafael fenoy


 Un Iceberg, fue el causante del hundimiento del majestuoso e insumergible Titanic.
 Cuando los medios van trasmitiendo por goteo y sin conexión noticias sobre la economía española, es difícil entrever las relaciones que cada noticia guarda con la siguiente. La banca rota del sistema económico no es ningún mito. El fondo de Reserva del sistema de pensiones públicas se creó en 1995. Desde esa fecha hasta 2012 no se sacó ni un solo euro, es más fue incrementando su cuantía, llegando a los 66815 millones. En sólo 4 años este “tesoro”, para las presentes y venideras generaciones de pensionistas, se ha reducido a menos de 40000 millones de euros. Y el Gobierno planea, ya que se refleja en los presupuestos generales del Estado, meter de nuevo la mano para sacar 6300 millones de euros, lo que llevaría a finales de 2016, siendo optimista a que el Fondo se quedará temblando con menos de 30000 millones.
A este ritmo quedan menos de un lustro (cinco años), para que el sistema público de pensiones presente números negativos. Y una de dos, o las dos a la vez, o se bajan drásticamente las pensiones, más aún, o se incrementan los impuestos para que mediante los presupuestos generales del estado se mantenga el sistema de protección de las personas mayores, que no pueden trabajar y que durante años y años de laborar hicieron cuantiosas aportaciones para mantener este derecho. La causa primera el enorme desempleo y la precarización, tanto temporal como económica del empleo que se genera, así como la destrucción de puestos de trabajo, que propicia la llegada a la jubilación de ingentes cantidades de personas, que en edad de trabajar, por procedimientos especiales, aplicados fundamentalmente en los grandes EREs y reconversiones. Bueno es reducir la vida laboral, siempre que haya relevo en los puestos de trabajo.

Pero no se produce y de esta forma menos cotizantes ingresan y a más pensionistas hay que atender. Un círculo vicioso que ni el PSOE, ni el PP, están dispuestos a resolver. Puede que en las mentes preclaras gubernamentales se haya instalado una especie de “troyano”, que a fuerza de mantenerse en los límites de la ortodoxia, estén impedidas de explorar otras soluciones. La tradicional fórmula de que una parte de la plusvalía generada por las gentes trabajadoras, y que reciben mediante su sueldo, permite equilibrar un sistema de aportaciones de personas activas para sostener las pensiones de las jubiladas, hace tiempo quebró. Por ello la historia de meter cada dos por tres la mano en el fondo de pensiones para pagar las extraordinarias, nos lleva a un desastroso presente y un apocalíptico futuro.

El trabajo humano se reduce y este aspecto no es coyuntural, sino estructural, ya que millones de empresarios han decidido invertir en maquinas, al parecer menos costosas que la mano de obra humana. Y a estas máquinas ningún gobierno las obliga a declarar. Es evidente que ellas, las maquinas, no reciben sueldo, ahí es donde está el interés del empresario, pero sí generan plusvalía y esta debe revertir socialmente para que todos los sistemas públicos de atención a las personas funcionen. Pensiones, ayudas sociales, educación, salud, servicios públicos en general. El déficit de todas las administraciones públicas roza el millón de millones de euros (UN BILLÓN), que según cálculos, que nos dicen, representa el 100% del producto interior bruto de España.

Desde 2007, en el que el estado contaba con superávit de 70 mil millones de Euros, hasta la actualidad, han pasado sólo 8 años. ¿Cómo es posible que a pesar de los recortes en los gastos de estas administraciones, el déficit suba y suba exponencialmente? El hecho evidente de que el endeudamiento de las administraciones crece y los sistemas públicos que garantizan derechos ciudadanos se reducen muestra a las claras que las políticas neoliberales no resolverán la situación, sino que son el origen de la misma.

Seguir apoyando a partidos políticos que recetan nefastos remedios condena a la miseria el ahora y a la nada el mañana. ¿Qué será de una sociedad que no pueda cuidar de sus mayores, ni de sus pequeños o impedidos? La avaricia rompe el saco y eso es precisamente lo que está ocurriendo. Ricos, potentados, banqueros, especuladores y secuaces ávidos de dinero y más dinero, no se detendrán hasta que vacíen la caja de las pensiones y absorban las energías de las últimas personas trabajadoras. Realmente el precario sistema de Pensiones es una punta cada vez más pequeña del iceberg que representa el sistema de derechos sociales que se disuelve a la carrera.

 Rafael Fenoy Rico

1 de septiembre de 2015
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