El estribillo de la canción “Quien me ha quitado el mes de
Abril”, compuesta e interpretada por el genial Joaquín Sabina, el juglar del
siglo XXI. Viene a decir:
Quién me ha robado el mes de abril. Cómo pudo sucederme a
mí. Quién me ha robado el mes de abril. Lo guardaba en el cajón. Donde guardo
el corazón
No es este mi caso. No me lo han robado, todo lo contario.
Vine al mundo un mes de abril hace sesenta y un año. Mi
santo es el día dos (San Francisco de Paula). No lo guardo en el cajón, lo
tengo almacenado en el corazón.
Puede que por esas circunstancias, justificadas para mis
entendederas, le tengo especial cariño a este mes.
Por todo eso o simplemente porque algo hay que contar. He
decidido hacer una especie de ensalzamiento a este periodo de treinta días.
¿Quieren saber el origen de su nombre? En realidad esta
palabra proviene del latín “aperio”, que significa abrir. Adquirió este nombre
debido a que en este periodo de tiempo es cuando las plantas comienzan a
abrirse y florecer.
Cada mes tiene su flor, la de abril ese la margarita. Un
tipo de flor muy resistente que florece desde la primavera hasta el invierno,
capaz de resistir condiciones ambientales realmente adversas.
La leyenda cuenta que una ninfa se transformó en esta
humilde flor silvestre para escapar de las miradas. De ahí que la margarita
represente la inocencia, la alegría y la simplicidad.
La piedra natal de abril es el diamante. Sin olvidar que es
el tiempo donde la primavera toma todo su esplendor.
Un veintitrés, murió Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de
la Vega.
Un catorce de 1912, se hundía el Titanic.
Tiene lugar la feria por excelencia, de renombre mundial,
que no es otra que la de Sevilla.
Se celebran los días mundiales de la Salud y El Niño.
Por supuestísimo que cada uno de ustedes tendrá su mes
favorito, faltaría más. Pero entenderán el porqué de mi favoritismo.
Finalizo, transcribiendo el siguiente poema, que viene como
anillo al dedo a este post.
LA PRIMAVERA
¡Qué contento estoy!
¡Ha llegado abril!
con sus amapolas
y sus lluvias mil.
Todo está radiante,
todo brilla más,
y yo solo tengo
ganas de cantar.
ganas de cantar.
Francisco Quirós Ocaña