Con el fin de evitar que se
malinterpreten mis palabras, empiezo declarando mi convicción de que la
progresiva especialización científica y la imparable diversificación técnica
constituyen unas opciones irrenunciables de la Universidad. En la actualidad,
debido a la amplitud de los temas teóricos que las ciencias abordan y a la
complejidad de los problemas prácticos que hemos de resolver, es imprescindible
que diferenciemos los objetos de estudio, que prolonguemos las investigaciones
y que profundicemos en el conocimiento aplicando unos métodos renovados y unos
instrumentos especializados.
Estoy de acuerdo, por lo tanto,
en que los científicos y los técnicos sigan desarrollando sus investigaciones y
que las apliquen a sus enseñanzas para lograr el bienestar social, para
mantener la salud de las economías y para acelerar el progresivo desarrollo de
la sociedad. Pero también expreso mi convicción de que hemos de evitar que la
superespecialización traiga como consecuencia una pérdida de la perspectiva de
conjunto del crecimiento humano.
Es cierto que la formulación
teórica de estos principios nos suena a simples obviedades, pero también es
verdad que los hechos demuestran que nos resulta difícil y complicado llevarlos
a la práctica. Por eso mi propuesta consiste en animarnos mutuamente para que
activemos unos mecanismos permanentes y para que abramos unos senderos
institucionalizados, que faciliten una mejor conexión y una mayor comunicación
pluridisciplinar: que se forjen unos cauces directos, no sólo entre las
diversas áreas de conocimiento, sino también entre los departamentos, entre las
facultades e, incluso, entre las universidades.
El carácter universitario -"universal"- de la investigación, de la docencia y de la divulgación de esta institución exige que cada una de las disciplinas forme parte de un plan coherente, equilibrado y unitario, apoyado en la unidad y en la complejidad del ser humano y en su integración física y vital con la naturaleza. En la situación actual en la que se exige una creciente actualización y una urgente eficiencia de los conocimientos, todas las asignaturas universitarias son inter- y pluridisciplinares y, por lo tanto, requieren un diálogo permanente, no sólo con las que comparten una titulación o se enseñan en la misma Facultad, sino también con otras que se estudian en carreras diferentes. Ésta es la manera imprescindible de estimular la creatividad, la innovación y el desarrollo sostenible, ésta es la forma eficiente de generar el crecimiento humano e, incluso, el desarrollo económico. Los especialistas nos hemos de abrir a otros saberes porque cerrarnos en una superespecialización aislada es condenarnos enflaquecer, a enfermar y a morir.
El carácter universitario -"universal"- de la investigación, de la docencia y de la divulgación de esta institución exige que cada una de las disciplinas forme parte de un plan coherente, equilibrado y unitario, apoyado en la unidad y en la complejidad del ser humano y en su integración física y vital con la naturaleza. En la situación actual en la que se exige una creciente actualización y una urgente eficiencia de los conocimientos, todas las asignaturas universitarias son inter- y pluridisciplinares y, por lo tanto, requieren un diálogo permanente, no sólo con las que comparten una titulación o se enseñan en la misma Facultad, sino también con otras que se estudian en carreras diferentes. Ésta es la manera imprescindible de estimular la creatividad, la innovación y el desarrollo sostenible, ésta es la forma eficiente de generar el crecimiento humano e, incluso, el desarrollo económico. Los especialistas nos hemos de abrir a otros saberes porque cerrarnos en una superespecialización aislada es condenarnos enflaquecer, a enfermar y a morir.
Leido en diariodecadiz.es