Como es de suponer, dadas las imágenes que iluminan este escrito, hablo de El Corral de la Paca, Asociación Sin Ánimo de Lucro.
Como he dicho últimamente en varias ocasiones, con todo el respeto que se merece, que es mucho, un pueblo de 'cuatro gatos' en los extremos del Campo de Gibraltar, metido de lleno en la serranía, tenga en su enclave un lugar de la inmensa talla de El Corral, con su Escuela de Circo - ¡una escuela de circo! – y su afán de progresar para bien de todos nosotros, no tenga el respaldo de la mayoría de sus habitantes, es absolutamente improcedente.
Siempre habrá quien se oponga. Siempre habrá quien diga “es cosa de los guiris”. Siempre los hay, con todo derecho a su opinión, que en todo momento respeto pero jamás compartiré. Si el lector es de esas opiniones, le sugiero que no siga leyendo.
No es aquí mi objetivo entrar en discusiones políticas ni personales. Por desgracia y porque hay entre nosotros ‘comentaristas’ soeces, mal pensados, mal hablados y mal educados, que hinchan el pecho con orgullo de su pueblo pero quieren tirar abajo cualquier iniciativa que no sea la suya – falso orgullo ese – decido publicar solamente los comentarios positivos. Ya tenemos negatividad en demasía.
Vuelvo al tema. Este último fin de semana El Corral de la Paca, merced al esfuerzo de su director y presidente, Marcus von Wachtel, y de su equipo de colaboradores, incluyendo desde luego a los artistas, ha organizado un Festival de las Artes -- ¡el cuarto consecutivo! -- que se ve solamente en las grandes ciudades. Lo sé, los he visto y he trabajado en más de uno. Quizás esa falta de apoyo, tanto institucional como personal, sea por falta de conocimiento, pero lo dudo: la televisión y las nuevas tecnologías nos acercan a lo que pasa en el mundo … siempre que dejemos de lado por unos momentos al dichoso futbol y los ‘realities’ nada reales; por no decir la telebasura y las novelas enganchadoras y adictivas.
Es un momento nada más, y en su lugar nos pongamos a averiguar qué es lo que hay en nuestro pueblo.
La tradicional ‘que lo arregle el ayuntamiento’ tampoco sirve para nada. Esa institución no puede con todo, es cierto, pero…
Por razones que muchos saben, no he podido asistir a los tres primeros festivales, pero a este sí. Confieso que he llorado a lágrima viva de emoción de ver una cosa así, como también lloré en algunos de los Festivales Internacionales de Música, ya hace demasiado tiempo, pero por la misma razón.
En los tres días que ha durado esta edición del Festival de las Artes (que no ‘de arte’), se han visto no solamente la obra artística de pintores y escultores consagrados de nuestro entorno, sino también la de una joven pintora, escultora, escritora, crítica política y simpatiquísima persona, Julia Eme, que ha llegado con su padre, específicamente a Jimena desde Madrid.
Hablamos de las Artes, que haberlas, haylas muchas. En este caso, sin embargo, se aunaron tres de ellas: el arte plástico, la música y el circo. Esperemos que en otras ediciones se puedan aunar aún más. Ya veremos lo que depara el futuro.
En la tarde de ayer, tuve la suerte de asistir a un espectáculo circense: la presencia de Mike Dos Perillas, payaso de pro. No me había reído tanto en mucho tiempo y eso se agradece.
En su actuación, el Dos Perillas ‘presentó’ a tres estudiantes de la escuela de circo que habían, dos de los cuales habían actuado esa mañana, y otra, también avanzada. Por enésima vez, se me saltaron las lágrimas.
Puede que algunas lágrimas eran ya de rabia. O de pura frustración. No comprendo ni comprenderé nunca a las mentes cerradas.
Sí, este año, y me dicen que en otras ediciones, el Festival de las Artes ha sido un exitazo. Yo y los que asistimos lo sabemos. No lo saben aquellos que no lo han apoyado con su presencia.
Alberto Bullrich (El Viejo Pancleto), 13 de junio de 2016
