Aquel fatídico Jueves 17 de Agosto, por Juan León Espinosa


El hecho acaecido que rememoro en estas señaladas fiestas de agosto, ocurrió hace cincuenta años, es decir, medio siglo. Aquel 17 de agosto de 1961 hizo un día espléndido y se daba aquella tarde una gran novillada con picadores en una plaza portátil, preparada para tal efecto, de nombre "La Espléndida".

A esta gran novillada, a parte de los lugareños, acudieron aficionados de toda la comarca y fuera de ella: de Algeciras, Tarifa, Los Barrios, San Roque, Castellar, La Línea, Gibraltar, Estepona y Marbella.
Era la primera novillada de la feria en la que actuaban los novilleros más destacados del momento de esta zona. El primero, Rafael García "Pacheco", de San Roque, que encabezaba el cartel junto al ídolo de la afición de aquellos años Carlos Corbacho, de La Línea. Éste último arrastraba un gran número de aficionados de toda la Comarca del Campo de Gibraltar.
Los picadores de la cuadrilla de Rafael García "Pacheco" fueron Juan Gil Romero y "Niño Cándido", de banderilleros llevaba a Fernando Naranjo "Rondeño", Andrés Naranjo y José Fernández "Pepete de Triana". Carlos Corbacho llevaba de picadores a Antonio Díaz Acosta "Pucherete" y José Muñoz, de Los Barrios, de subalternos a Andrés Ruano, Antonio Duarte y José Jiménez.
El lleno de la plaza aquella tarde fue hasta la bandera, estaba abarrotada de gente, todos los graderíos se encontraban al máximo de aficionados, aproximadamente por unos 4.000 espectadores. Los cinco novillos pertenecían a la ganadería de los Hermanos Goizueta, de Los Barrios y un novillo de rejones para el famoso rejoneador madrileño Mariano Cristóbal de Miguel.
Quién iba a imaginarse lo que iba a ocurrir aquella preciosa tarde. La tragedia comenzó cuando se estaba lidiando el tercer novillo de la tarde. Todo fue inesperado. Toreaba Carlos Corbacho el novillo que le correspondía torear a Rafael "Pacheco", que por motivo de la cogida recibida en el muslo derecho al descabellar a su primero, Rafael tuvo que ingresar en la enfermería, y Carlos Corbacho continuó la lidia del segundo novillo de Rafael. Mientras, Rafael Pacheco era atendido por Don Fernando Ramos Argüelles y sus ayudantes, en una enfermería improvisada fuera del recinto de la Plaza.


La plaza, según recopilamos de "El Ruedo" para el magnífico libro de recuerdos de Jimena de la Frontera, de título "Retratos", editado por Ediciones OBA, editorial de Cristóbal Delgado Vallecillo, con la inestimable recopilación de fotografías de antaño realizadas por Ricardo Gómez Liñán, Juan Manuel Contreras Benítez y el autor de este mal recuerdo Juan León Espinosa. En la ilustración de estos maravillosos volúmenes, se recogen los momentos más siniestros de esa luctuosa tarde.
Las fotografías que recoge el reportaje del libro "Retratos" y en el fotomontaje de este cuadro, podemos ver en una de ellas, como empezó a abrirse la plaza. Fue por la zona de la presidencia en forma de abanico hacia la derecha, según me comentan algunos jimenatos que fueron testigos de ese infortunado día. Sintieron como una sensación de vértigo y un ruido estrepitoso, no daban crédito a lo que estaban viendo y pasando, cayendo bajo el amasijo de hierro y madera muchísimas personas.

Toda la comarca fue solidaria con este suceso

Según "El Ruedo"" (revista del mundo del toro) y otras prensas nacionales como el "España", "El Alcázar" y la prensa local "Área" recogen muy buena documentación de este nefasto día, dicen: hubo seis muertos, entre ellos un niño de unos 5 años y una dama inglesa, y más de 150 heridos.
Entre lo heridos leves se encontraba Mrs. Julian Amery, hija del primer ministro del Reino Unido, MacMillan, y esposa del ministro del Aire de Inglaterra, Mr. Amery, que se encontraba junto a ella cuando ocurría ésta tragedia.
Los heridos fueron atendidos por los médico de la enfermería de la Plaza y trasladados inmediatamente en toda clase de vehículos a Algeciras, . La Línea y al propio Jimena. Todo el personal médico de Algeciras y La Línea se personó en el Hospital y Cruz Roja para atender a los heridos.
El niño que falleció como consecuencia secuencia de este derrumbe se encontraba fuera de la plaza. El infortunado miraba hacia el interior aprovechando algunos agujeros que había en la pared metálica de la plaza. Él estaba viendo por ese agujero parte de la novillada cuando fue sorprendido por el derrumbe. Murió aplastado.
Todo el pueblo fue solidario con los damnificados. Según mi amigo y vecino Crescencio Torés Butrón, comentando este, en otro artículo publicado en Europa Sur. Nos dice: "Decía Don Fernando Ramos Argüelles que le debía la vida a Rafael Pacheco, ya que la cornada de aquella tarde de Rafael hizo que los dos estuvieran fuera de la plaza en tan fatal momento".


Los novilleros, protagonistas de esta historia

En otra entrevista que hizo Crescencio Torés para otro artículo de recuerdo de este aciago día a Carlos Corbacho, otro de los protagonista de este día publicado en Europa Sur, dice, entre otras cosas “nunca olvidaré la entereza de una joven que perdió su pierna en el derrumbe”. Sigue diciendo : “"A mi novillo le corté el rabo y creo que, con el pataleo que se formó de la gente aplaudiendo, pudo resentirse la estructura de la plaza. Al siguiente novillo, el tercero, fue cuando me di cuenta de que estaba pasando algo raro. Vi cómo se movían los tendidos y un enorme estruendo llenó el recinto, se abrió como un abanico hacia la derecha. Enseguida le dije a Antonio Duarte que cogiese una muleta y estoque para que me ayudase a quitar de en medio al novillo. Duarte le metió un espadazo en la barriga y yo lo rematé".
"Pueden imaginarse la escena: cientos de personas enterradas entre montones de maderas e hierros retorcido pidiendo auxilio. Hay dos cosas que recuerdo con emoción: la primera es que tres días después toreé en el Puerto de Santa María y me emocioné cuando en uno de los tendido de sombra estaban unos doscientos aficionados míos, todavía algunos con vendajes en brazos y cabeza, fue para mí muy emocionante. El otro momento fue cuando me enteré que a una joven de Jimena, no recuerdo ahora su nombre, le habían tenido que amputar una pierna por lo de la plaza. Muy nervioso, quise visitarla en su casa. Fui y me encontré con una chica muy guapa y sonriente. Yo no sabía qué decir. Balbuceante le dije algunas palabras. Pero fue ella quien en realidad al verme tan ofuscado en su presencia quien me dio ánimos a mí. Fue sorprendente la entereza de aquella joven. Cada vez que lo recuerdo pienso que aquella entereza fue un ejemplo para mí cuando a mi puerta llamó la misma tragedia".



Cómo vio el autor de este artículo este lamentable día

Yo, en aquel entonces, era Guardia Civil, y estaba prestando mis servicios en la 337 Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras, en el puesto de "El Tolmo". Ese día estaba yo de permiso porque se había casado esa mañana mi hermana (hoy difunta) Lina León Espinosa con José María Navarro Sánchez, y los padrinos fuimos la hermana de José María, María Jesús (hoy también difunta) y yo. Gracias a la celebración de esta boda el 17-08-1961 , se evitó, por parte de la familia Navarro, algunos accidentes más en esta plaza.
Yo estaba esa tarde paseando con unos amigos y amigas en "La Cañá" (La Bajadilla), cuando escucharnos las bocinas de muchos coches (hoy no es de extrañar) pero en aquellos años apenas había coches. Salimos corriendo hacia la general para ver lo que pasaba con tantos toques de bocinas y sirenas. Nuestros ojos no daban crédito al movimiento de vehículos del Ejército, ambulancias y particulares todos tocando el claxon, le preguntamos a uno de los choferes ¿qué pasa?, y nos dijo: ¡la plaza de toros portátil de Jimena se ha hundido!
Entonces yo me fui corriendo para el Hospital Civil "La Caridad". Estaba la entrada de dicho Hospital llena de vehículos trasladando a los heridos, unos vehículos llegaban y otros volvían por más heridos. El primer jimenato que vi en la puerta del Hospital fue uno de mis amigos de la infancia, Paco Pérez Duarte, más conocido por "Paco Duarte". Él salió ileso de este accidente y me contó todo lo que había pasado. Después estuvimos visitando a varios heridos.

Juan León Espinosa. Texto publicado en el Libreto de Feria de 2011 con motivo del 50 aniversario del hundimiento de La Espléndida.


17 de agosto de 2011
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