¿Podríamos? ... Por Manuel Mata


Coinciden  Pedro Arriola y Felipe González en descalificar a la candidatura de Podemos, y en consecuencia al más de un millón de ciudadanos que los han votado. El primero los llama “frikis” y el segundo que si llevaran a la práctica su programa, sería “una catástrofe sin paliativos”. Los tachan de radicales de izquierda, bolivarianos, revolucionarios, ilusos….
Pedro Arriola es el asesor de cabecera de Rajoy y antes de Aznar.   El estratega, el ideólogo, el que diseña las campañas electorales, inventa los mensajes y escribe los discursos al presidente. Está casado con Celia Villalobos, vicepresidenta del Congreso de los Diputados y en su casa, entre los dos, entrarán al mes unos 15.000 euros.  En la de Felipe, más.
La pregunta que debemos hacernos tras leerlos: ¿una catástrofe?.  ¿Para quién?.
¿Para los 5 millones de parados?
¿Para el joven que tras un mes de prueba  -sin sueldo- lo despiden por no dar el perfil?
¿Los treintaañeros que se han ido a Alemania?
¿Los pensionistas que  no llegan a los mil euros?
Desde Podemos han sabido conectar con una parte de la ciudadanía. Han suscitado expectativas, han despertado conciencias y han hecho acudir a las urnas a gente que había perdido la ilusión en la grandeza de la democracia participativa.
¡Claro que al establismentles han dado un susto ¡. A los grupos dominantes, a los que ostentan  - de una manera u otra- el poder. Y a la clase política que se resiste a irse porque cree que aún son útiles al país y a su partido. A su manera.
Señora Cospedal: no es necesario que cambie de modelito cada vez que da una rueda de prensa. Señores banqueros:no es imprescindible que se adjudiquen esos Planes de Pensiones  millonarios. Ejecutivos del  IBEX-35: no hay que ganar un 67% más que el año anterior. Señores consejeros-delegadosno se aburran. Señor político, al que veo en TV detrás de su jefe de filas en el Congreso desde hace años: no es indispensable tu presencia.
La especie humana siempre ha necesitado creer en ciertas utopías, en la ilusión de lo imposible, en el sueño de lo increíble, en el arpegio de la fantasía colectiva. Y esta sociedad que nos tocó vivir, precisa de una purificación, de una catarsis, de una regeneración de valores y de ideas  - y de las personas que deciden-  que haga más digno nuestro tránsito por este mundo.
Hace más de 30 años Alfonso Guerra hablaba de los “descamisados” como “su gente”. ¿Mira que si fueranéstos? 
Manuel Mata Pacheco

30 de mayo de 2014
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